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Mundial 2014

Un temblor llamado Chile

Chile puede ser una de las tapadas. El equipo de Sampaoli acapara elogios de casi todos los técnicos pero entre su afición no concita la ilusión de hace cuatro años.
Peru-Nueva Zelanda en vivo

La selección chilena durante un entrenamiento.
La selección chilena durante un entrenamiento.EFE

Suenan frases bonitas alrededor de Chile. Elogios continuados, señales de admiración e incluso osados pronósticos de éxito. Pelé la pone por delante de Argentina para ganar el Mundial y Antic se atreve a señalarla como la favorita en la sombra. Löw apunta que juega increíblemente bien y Del Bosque añade que se trata de un adversario incomodísimo. Piropos y más piropos. Pero es la propia selección chilena, que no tiene tan elevado concepto de sí misma, la que rebaja la temperatura ambiente a unas semanas de Brasil 2014. En sus calles no se percibe efervescencia, no desde luego tanta como la desatada en los días previos al viaje a Sudáfrica. Responde con escepticismo, casi hartazgo, a la música que llega a sus oídos. No les llenan las buenas sensaciones si caminan a distancia de los resultados.

Chile sigue siendo hija de Bielsa, el generador de aquel encendido estado de ánimo de hace cuatro años. Es un equipo igualmente protagonista, guerrero, dinámico, de permanente movimiento, si se quiere con más pausa, más elaboración. El toque Sampaoli, que ha dotado de más marchas a un fútbol militarizado para jugar a una sola velocidad, a toda pastilla. Y aunque con su irrupción, hace ya 15 meses, el equipo ha regresado al bielsismo y ha recuperado la ilusión y la confianza, al hincha aún le dura parte del bajón que le ocasionó el periodo de tránsito a los mandos de Borghi, destituido a mitad de camino, en noviembre de 2012, tras encadenar cinco sonrojantes derrotas consecutivas.

En realidad, Chile no mira a la final de Brasil, sino a sí mismo. Está más atenta a batir sus registros personales, sus cuentas pendientes. Se plantea pequeños desafíos casi de carácter doméstico: sumar la décima victoria en una fase final y llegar a cuartos, superar la maldición de los octavos, barrera no traspasada desde el ya lejano Mundial que organizó en 1962. Del título no se habla ni en voz baja. Pero sí de ganar a España y Holanda en la primera fase; ahí nadie se arruga.

Los chilenos presumen sobre todo de su centro del campo. Hablan de Marcelo Díaz (Basilea), Aránguiz (Internacional de Porto Alegre) y Vidal (Juventus) como si fueran Xabi, Xavi e Iniesta. Y es verdad que han demostrado (su actuación en Alemania es la que disparó su reputación) que son capaces de discutir a cualquiera el protagonismo de la zona. Otra cosa es lo que tienen por delante y por detrás.

El gol, por ejemplo, ciertamente flaquea. Chile es un equipo difícil de batir, pero igualmente es un equipo al que le cuesta ganar. No marca. La responsabilidad la soportan los velocistas ‘españoles’ Alexis y Vargas, y los llegadores tipo Vidal, que además está convaleciente de una operación de rodilla y sin muchas posibilidades de actuar en plenitud de condiciones. El equipo acusa un vacío alarmante en la posición del nueve, pero Sampaoli desprecia las pocas balas que tiene por ahí. No convocó a Suazo y se ha quitado de encima enseguida a Canales. Está decidido a combatir a la manera de España, con el nueve mentiroso: Valdivia.

A la falta de pegada, de un nueve bueno, Chile suma a su lista de preocupaciones la poca altura en la defensa y la ocupación de esa zona por jugadores que no actúan ahí en sus equipos de procedencia. Por lo demás, un problema muy común: los suplentes no tienen el nivel de los titulares. Y con un comportamiento tan exigente como el suyo, el riesgo de percances físicos y médicos que pasen factura incluso en una competición corta es más que elevado.

Ambición. Si bien Chile no sueña, tampoco se encoge. Sobre todo Medel, el único que de palabra se ha atrevido a soñar muy alto. Quizás no consiga ganar, pero enfrentarla garantiza un dolor de muelas. No es un equipo para arrollar, pero pocos rivales son capaces de molestar tanto. El viernes jugará un amistoso ante Egipto, ante el que ensayará con tres centrales y con la pareja de ataque Alexis-Vargas. La lista presenta una novedad de última hora. Sampaoli volvió a llamar al delantero Paredes después de que Matías Fernández se cayera por lesión.