NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Rayo

Paco Jemez: “Si hay alguien que acepta los retos suicidas soy yo”

El entrenador cumplirá el año de contrato que le resta y zanja así las dudas sobre su continuidad. “El Rayo se ha portado genial conmigo y si quiere que siga, seguiré”.

Paco Jemez: “Si hay alguien que acepta los retos suicidas soy yo”

—¿Qué balance hace de la temporada?

—Positivo. Para el Rayo la permanencia es un logro inmenso. Ha sido un año complicado, donde ha habido de todo, también una racha al alcance de pocos equipos. Este año nos ha costado mucho más porque cada año es más complicado, cuando debería ser al revés.

—Su Rayo ha batido récords.

—Que sólo en dos años haya podido batir esos números habla de la dificultad de mantenerse en ese puesto mucho tiempo. El Rayo es un equipo donde los técnicos han durado bastante poco porque los proyectos son muy difíciles.

—¿Qué es lo mejor y lo peor de su trabajo?

—Lo peor, la famosa soledad del entrenador. Lo mejor, cuando ves que el equipo juega bien, gana y la gente disfruta.

—Llama la atención su gestión del grupo psicológicamente.

—Es una de las partes que más me gusta. Los equipos pequeños debemos ser más fuertes que el resto.

—Curioso cuando en el Zaragoza echaron a un psicólogo…

—Dimitió (risas). Aquel equipo era complicado, había cuatro o cinco elementos… Las cosas no iban bien y llamaron a un psicólogo. Duró tres días porque decía que no tenía arreglo.

—¿El secreto del Rayo?

—Imagino que lo estaremos haciendo muy bien cuando un equipo con tan poco presupuesto, recursos y tantos problemas está en Primera. Es un logro de todos. Trabajamos como burros, nos ilusionamos y nos convencemos. Hasta ahora nos ha salido bien, pero estamos jugando con fuego. A ver cuántos años aguantamos así.

—¿Qué es el Rayo para Paco?

—Me ha dado la posibilidad de debutar con jugador y entrenador en Primera. Estoy encantado y trabajo como quiero, pero desgasta muchísimo. Acabas la temporada roto y eso no se puede aguantar mucho tiempo. La presión que hay por hacer todo perfecto, acaba comiéndote. Me da la sensación que un año aquí es como tres en cualquier otro equipo.

—El Rayo es un escaparate…

—Hay jugadores que sufren como perros con esta forma de trabajar, pero debe ser así para competir. Se lo digo: ‘Os tengo que exprimir’. Ahora les quieren otros equipos, ese es nuestro hándicap. Si tienes que firmar a 18 jugadores y no sabes cuándo van a venir es un problema. No tienes tiempo para ensamblar las piezas y, en el primer partido, todos quieren que el equipo juegue bien, gane y si no, parece un fracaso.

—¿Y el proyecto deportivo?

—Cuando dije que me veía más fuera que dentro era sólo por eso. Aquí estoy encantado. El club hizo un esfuerzo económico muy importante para que me quedara. Pienso que estoy mejor pagado de lo que merezco. No busco ganar más. Mi máxima preocupación es el aspecto deportivo, en el que el club se ha estancado. No le culpo, es la situación económica.

—Hace unos días su ciclo en Vallecas parecía cerrado.

—Cuando me dijeron que el presupuesto iba a ser el mismo me pegó un bajonazo de la leche. Esperaba un salto de calidad y así se lo trasladé a Felipe y al presidente. Me queda un año más de contrato y no voy a poner al Rayo entre la espada y la pared. Se ha portado genial conmigo y si quiere que siga, seguiré.

—¿Volverá a ser de 7’2 Millones de euros?

—Es correcto no gastar lo que no tienes. Será un año difícil y todos tendremos que apechugar con nuestras decisiones. Cuando las cosas van mal, las tortas siempre van para el mismo, que soy yo. Si hemos tomado todos la decisión de que las cosas tienen que ser así, nos repartimos las responsabilidades.

—¿Qué importancia ha tenido la afición en la permanencia?

—Es una de las causas del milagro. Sin ellos no estaríamos donde estamos ni por asomo. Son como son, ni mejores ni peores, distintos. Se entregan cuando nos ven entregados, ¿qué menos se le puede pedir a un profesional? Tener gente que anima en lugar de recriminar es una gran baza. A mí me da una fuerza tremenda oírles cantar, me alimento de ellos.

—¿Le dijeron que no se vaya?

—Nadie me ha dicho que me vaya (risas). Nunca dije que me iba, sino que no veía muchas posibilidades de seguir. Alguna gente decía que quería irme a otro equipo. Se equivocan. Si quisiera, me habría ido. Que la afición esté tranquila, tendría que venir un club y pagar mucho, eso no pasará. Ya le dije al presidente, el proyecto del año que viene es un suicidio. Si hay alguien que acepta los retos suicidas, ése soy yo.