SESTAO 3- ALBACETE 3
El Sestao River perdió los nervios ante el Albacete
Demasiada tensión. Diez amarillas, una roja, dos penaltis para el Albacete y agresiones en el tramo final. Daimanka sacó su puño a paseo y no es la primera vez.
Los partidos de playoff en toda la pirámide de categorías situadas a los pies de Primera son terrenos abonados de minas. Las Llanas vivió ayer una tarde de esquizofrenia en la primera entrega de los campeones de grupo en Segunda B. Demasiada tensión. Diez amarillas, una roja, dos penaltis para el Albacete y agresiones en el tramo final (Diamanka sacó a pasear su puño y el problema es que no se trata de la primera vez; y a Resines se le fue la olla después de que Calle, astuto veterano, le diese una patada en la cabeza desde el suelo). Y el público estuvo muy irascible (los 400 visitantes casi hasta se llevan las redes de meta en una celebración de gol). En un escenario con tantas trampas y guerrillas, el fútbol parecía secundario. Hubo, desde luego, mucho más gol (brillantes) que elaboración.
El Sestao se puso 3-1 y en vez de serenarse, se dejó consumir por la excitación y prácticamente arruinó la eliminatoria. El árbitro se erigió en protagonista. El empate llegó tras un penalti que sembró enorme polémica, pues se originó por un rifirrafe en el área entre dos jugadores ajenos a la zona en la que estaba el balón en juego. El Carlos Belmonte dictará sentencia. El River ya sabe que por no templarse ayer, está obligado a ganar.