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GRANADA 0 - ALMERÍA 2

El Almería fabrica otro milagro y mete en un lío al Granada

Los goles de Verza y Aleix Vidal, ambos de penalti, dan virtualmente la salvación al Almería. El Granada se jugará la permanencia contra el Valladolid.

El Almería fabrica otro milagro y mete en un lío al Granada
Miguel Ángel MolinaEFE
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Milagro a milagro, el Almería se ve a un punto de la orilla con sólo 90 minutos por delante. Se jugará su último billete en el Mediterráneo, ante su gente, frente a un Athletic que no se juega nada. No necesitó de la épica esta vez el equipo de Francisco. Le valió con la solidez de su trabajo y con aprovecharse de la candidez de un rival irreconocible, inoperante en las dos áreas e incapaz de ofrecer una mínima respuesta.

Las últimas victorias dieron aplomo al Almería. Llevar en el alambre toda la temporada ha sido un máster en situaciones límites para los del Mediterráneo. Y el Granada y su afición se manejan peor al filo del abismo. Entró con el pie izquierdo en el partido el equipo de Alcaraz. Incómodos, incapaces de imponer su juego y su ritmo, los nervios se adueñaron de los locales. El Almería se limitó a ir a favor de corriente en el primer tiempo. Juntar líneas y esperar una oportunidad. Y llegó. Verza se lanzó a por un balón aéreo a un metro del punto de penalti y Fran Rico metió el pie arriba de forma imprudente y en primera línea de visión de Gil Manzano. Penalti que se cobró el propio Verza y que desató la tormenta de nervios en Los Cármenes. 0-1.

Lejos de reaccionar, el Granada se dejó engullir por completo por la presión. Brahimi, El Arabi, Piti, Riki... Todos la buscaron sin éxito. Sólo Piti encontró ideas para provocar algún tímido susto en el Almería. Los de Francisco se limitaron a mantenerse ordenados y a mostrar una fortaleza defensiva de la que carecieron en toda la Liga. Alcaraz, a la desesperada, sacrificó a su jugador bisagra, Iturra, y tiró de su hombre milagro, Ighalo. Pero esta vez la aparición del nigeriano fue testimonial y el partido se convirtió en un correcalles. El Granada sólo encontró corazón. Ninguna idea. Cero fútbol.

La presión y el enorme oficio del Almería eliminaron cualquier argumento granadinista. Los visitantes sólo se vieron comprometidos con un tiro lejano de Brahimi que rozó el larguero e Ilori la tuvo en su cabeza. El Almería perdonó un par de contras hasta que Azeez provocó un penalti que mandó a Murillo al vestuario y supuso la puntilla. Aleix Vidal coronó el tremendo y efectivo esfuerzo del Almería. Tres victorias consecutivas después, está a un punto de Primera. El Mediterráneo palpa el milagro. En Los Cármenes manda la preocupación. Al Granada se le fueron por el sumidero unas cuantas ocasiones de certificar la permanencia. En Pucela gastará, para bien o para mal, su última bala.