Un Real Madrid sin Cristiano Ronaldo y un Celta de fiesta

El Real Madrid no habrá disputado muchos partidos tan extraños. De los tres equipos que se jugarán simultáneamente la Liga, será el que asista con más escepticismo a cuanto ocurra. Si nos atenemos a la estadística y al sentido común, sus posibilidades son remotas (2,8%). Haga lo que haga en Balaídos, una victoria del Atlético le dejará matemáticamente fuera de la pelea. Observar de soslayo los marcadores sin perder de vista el balón será el primer objetivo del equipo de Ancelotti.

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La siguiente rareza es que el Madrid se colará hoy en la fiesta del Celta, y suele ser al revés. Los vigueses pondrán broche a su 90º aniversario con una jornada de celebraciones que comenzará a mediodía de hoy en los alrededores del estadio y concluirá con una actuación de la prestigiosa Orquesta Panorama. Entre medias, y en el interior de Balaídos, se proyectará un vídeo conmemorativo justo a la finalización del partido, con los futbolistas del Celta sobre el campo. Es como si el celtismo ignorara cualquier circunstancia que pudiera nublarle el Panorama, incluida la victoria del Madrid.

Mientras los gladiadores celebran su aniversario rodeados de leones, el morbo (del latín morbus, enfermedad) se concentrará en el banquillo local, ocupado por el próximo entrenador del Barcelona, Luis Enrique. Este será el primer servicio oficial del técnico a su nueva causa, a la que se vinculó en 1996 después de cinco temporadas en el Madrid. También significará su despedida de la afición celeste. Lo siguiente será la mudanza del andamio-observatorio.

El Madrid se presenta a la cita sin Carvajal, Varane, Pepe, Di María y Cristiano, que será prudente por una vez. Hasta el propio Ancelotti admitió ayer que lo hoy “no es una final”, razón por la cual tendrán minutos (antes o después) Arbeloa y Khedira. El ataque, nada despreciable, estará formado por Bale, Benzema e Isco. Para Illarramendi, aficionado a los festejos taurinos, queda el quite del perdón.

El once del Celta también es lustroso. Rafinha (cuatro goles), recién recuperado, ocupará puesto en el banquillo, al menos de inicio. El hijo de Mazinho es el otro culé que regresará a casa en verano. Su actuación en el Bernabéu sirvió para confirmar su inmenso talento, también en grandes plazas, pese a la derrota (3-0).

A las 21:15 comenzará el concierto de la Orquesta Panorama. Bastará con observar cómo bailan los leones y los gladiadores para entender el partido. Sin andamio siquiera.