CASTILLA 1 - REAL JAÉN 1
El Castilla vuelve a inmolarse y ya son siete partidos sin ganar
Se adelantaron los locales con un gol de Lucas Vázquez pero empató Rico tres minutos después de salir. Era una oportunidad clave para no descender.
Si José Manuel Díaz no lo remedia, este Castilla se va a Segunda B. El filial blanco es ahora mismo un zombi, juega con apatía y cuando menos lo esperas se revoluciona demasiado, no aprovecha los regalos de los rivales y ya suma siete semanas sin ganar. Cuatro puntos de 21 posibles y esta vez volvió a dejar que se le escapase vivo un rival directo, un Jaén que incluso se hizo acreedor al triunfo tras el 1-1.
Dos equipos tan agobiados no eran un invitación a ver buen fútbol, pero es que tampoco hubo tensión. La primera mitad fue un cúmulo de jugadas sin alma, ni malicia. Sólo se rondó el gol en un disparo de Mascarell en el 35' entre una nube de defensas que Rene sacó muy bien. Juanma la devolvió con un chut venenoso el minuto después.
El Castilla no mordía y el Jaén, arropado por setecientos hinchas en Valdebebas, no miraba con recelo el punto que le permitía seguir por encima en la tabla. Aún así, detectó algunos de los múltiples resquicios del Castilla y se coló por ahí. Víctor Curto la tuvo en el 62' pero Quini realizó un esfuerzo hercúleo para conseguir abortar el mano a mano ante Pacheco. Lo curioso es que, cuando el Castilla estaba más descontrolado, se encontró con un 1-0 en un error del Jaén impropio de un equipo profesional. Sacó un córner largo, no finalizó la jugada, perdió el balón y desde ahí solo pudo ver como entre José Rodríguez, Burgui y Lucas se cocinaban un gol a la contra en un pispás.
Era el minuto 65 y una invitación a que los canteranos blancos le pusieran el candado a los tres puntos. Ni por asomo. Perdieron el norte, Díaz no remendó el asunto con la pizarra y el Jaén se lo hizo pagar. Primero con el empate de Óscar Rico de una manera cruel en el 71'. El balón pasó por debajo de Pacheco y traspasó la línea casi llorando. Después, con una enorme ocasión en la que Jona se topó con Pacheco y su manopla. El hondureño no se fió de su zurda y permitió que el guardameta extremeño se luciese.
De ahí al final el Castilla fue un despropósito y el Jaén atacó pero sin excesos. Que el punto era el mal menor visto lo visto. Todo lo contrario de un Castilla que no ofrece señales a las que agarrarse. Ya no se le nota temor al descenso. Ahora es terror puro y duro.