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Benjamín Prado

“Para la ciudad de Madrid esta final es una cosa impresionante”

Benjamín Prado es un fabuloso contador de historias y en Casa Juan despliega su talento con sabiduría y humor. Madridista acérrimo, habla de fútbol sin tregua.

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“Para la ciudad de Madrid esta final es una cosa impresionante”

¿Había contemplado la posibilidad de una final de Champions Madrid-Atleti?

—Era sin duda la final soñada y ya la tenemos aquí. Para la ciudad de Madrid es algo impresionante. Es la primera vez en toda la historia que dos equipos de la misma ciudad llegan a una final de la Champions. Soy de Madrid y del Real Madrid, por lo tanto estoy feliz.

—¿Quién ganará?

—Espero que el Madrid. Igual le digo que desde hace tiempo vengo pensando que si existe la justicia poética el Atlético de Madrid es el equipo que se merece ganar la Liga. Ha sido el David que hace bonitas todas las Biblias, porque Goliat hay muchos y el trabajo de ese equipo y su victoria frente al Chelsea ha sido algo extraordinario. El Atlético tiene un equipo temible que, como conjunto, juega incluso mejor de lo que son sus jugadores.

—¿No cree en la posibilidad del triplete?

—No. El doblete sí, Copa y Champions. Pero la Liga es del Atleti. Creo que el equipo de Simeone merece por tierra, mar y aire, ganar esta Liga y además es bonito que lo haga. Que España sea un país en el que pueda ganar alguien que no sea el Madrid o el Barça es extraordinario. Pero dicho todo esto, la Décima es del Real Madrid. Tiene que serla.

—La ciudad de Madrid se sitúa más que nunca en el foco del fútbol mundial.

—Esta ciudad merece alguna alegría. No sé si una final de estas características puede restar la desgracia de tener una alcaldesa como Ana Botella, pero bueno. Lo cierto es que no creo que se haya visto mejor fútbol en ninguna otra capital de Europa. Hay que estar orgullosos de nuestros equipos. El único carnet que he tenido en mi vida por elección propia es el del Real Madrid y pienso que si no lo tuviera la vida sería mucho más aburrida.

—¿Qué le parece el trabajo de Simeone?

—Me parece descomunal. Yo al principio tenía dudas porque como futbolista tampoco me parecía un estratega que tuviera la estructura del equipo en la cabeza, pero como entrenador ha hecho un Atlético de Madrid magnífico, sacando lo mejor de sus jugadores. Un ejemplo, fíjese qué pedazo de lateral ha hecho de Juanfran que se ha ganado un puesto en la Selección. Yo creo que Simeone como jugador no se hubiera puesto en este equipo tan perfecto. No hubiera podido competir con gente como Koke, Gabi o Arda.

—Hablemos del partido de su equipo frente al Bayern. ¿Ha sido algo más una victoria?

—El martes se juntó casi todo: se ganó uno de esos partidos para los que se ha inventado el fútbol, con toda la épica y la solemnidad, pero además se acabaron con unos cuantos demonios. Antes del partido de Múnich los madridistas íbamos con los bolsillos llenos de miedo ante esa tradición de convertirte en un equipo más pequeño cuando vas al campo del Bayern. Teníamos además delante a un entrenador que le ha hecho grandes rotos al Madrid y por último llevábamos tres años seguidos cayendo en semifinales. Reunía por tanto todos los ingredientes para una victoria memorable.

—¿Y no le resultó sorprendente el planteamiento de Guardiola y la simpleza del Bayern?

—Soy un romántico y pienso que los campeonatos los ganan los mejores jugadores. Cuando un equipo tiene cinco jugadores sublimes suele ganar. El Barça de Guardiola ha ganado muchas cosas y con todo el merecimiento del mundo porque tenía cinco genios como Xavi, Iniesta, Messi, Puyol y Valdés. Yo no tenía ninguna duda de que el Madrid tenía mejores jugadores que el Bayern. Hoy no tiene ninguno que me deslumbre o que se pueda comparar con los nuestros. Por tanto tenía la convicción de que el Madrid iba a ganar, aunque no imaginaba que los íbamos a barrer en su propio campo.

—¿Y con respecto a Pep Guardiola?

—Es un gran entrenador pero que sólo sabe jugar a una cosa. Yo creo que la coherencia es de fanáticos. Cambiar de opinión, cambiar de sistemas, ser capaz de ofrecer alternativas es más propio de personas flexibles y él ha demostrado que no lo es. Creo que le ha dado una lección de fútbol Ancelotti. A Guardiola habrá que verlo cuando tenga un equipo más pequeño que su talento. Decía Oscar Wilde que un tonto nunca se recupera de sus éxitos y Guardiola no es tonto, pero es cierto que tantos éxitos le llevan a creer que es invulnerable. Y nadie lo es, como ha demostrado Ancelotti.

—No es por citar su último libro, pero el martes también hubo “ajuste de cuentas”.

—Eso es el fútbol. El tamaño del vencedor depende del tamaño del vencido. Es verdad que hay equipos que el peso de su escudo les concede de antemano el 20 por ciento de la victoria. Entre escuadras como Madrid y Bayern siempre va a ver cuentas pendientes.

—El Borussia perdió luchando ante el Madrid. El Bayern parecía desnortado.

—Verá, tengo la convicción de que hay partidos que los jugadores del Madrid se los toman más en serio que otros. Y tiene mucho que ver con lo de los escudos que estamos hablando. El partido de Dortmund con un tres cero en la ida no se lo tomaron en serio. Pero el del martes en Múnich, fue otra cosa. Hacía mucho tiempo que no veía a los once jugadores del Madrid tan concentrados en su trabajo. El trabajo defensivo de Bale fue extraordinario, parecía que volvía a ser lateral izquierdo. El de Xabi Alonso descomunal y los defensas rozaron la perfección. Fue una lección de actitud y corazón: se comieron a los alemanes. Los jugadores estaban pintando un cuadro y sabían que si lo pintaban bien lo iban a colocar en el Museo del Prado.

—Partidos como los de esta semana, ¿a usted le inspiran para ponerse a escribir un poema o un libro?

—En el fútbol está todo lo necesario para escribir un gran libro, lo sorprendente es que jamás se ha escrito. No existe un gran libro sobre fútbol ni tampoco una película y los intentos que ha habido han resultado lamentables. El fútbol son 22 tíos, el entrenador, el público, la táctica, el acto de buena o de mala suerte que puede ocurrir en cualquier partido y llevar todo eso a una novela es muy complicado. Por todo ello, me parece una razón perfecta para hacerla.

—¿A quién le escribiría usted un poema?

—Yo me hice futbolero por Iribar. Soy del Madrid pero mi segundo equipo siempre ha sido el Athlétic y aquel portero me fascinaba. Era un poco como la pasionaria del fútbol, siempre serio y vestido de negro, un portero que tenía la virtud de tirarse al suelo una vez cada quince partidos, que estaba siempre en su sitio, con un hieratismo y una perfección en la interpretación de la jugada extraordinarios. Siempre lo he querido conocer pero nunca lo he conseguido.

—¿Usted también se sintió en su día fascinado por la figura de Mourinho?

—No me gustan ni él ni su fútbol, pero también reconozco que los madridistas le debemos algunas cosas como que trajera al Madrid futbolistas que ahora han sido determinantes como Di María o Modric. Al propio Coentrao al que yo le he puesto todos los peros del mundo, está haciendo un final de temporada extraordinario. Y en cuanto a la figura personal de Mourinho le diré que si no existieran los lobos no se habría escrito Caperucita.

—¿Artistas e intelectuales siguen apartados del fútbol?

—Ya menos. Futboleros hemos sido siempre muchos lo que pasa es que la gente entendía que era casi un acto vandálico. Yo recuerdo cuando compraba El País y metía el AS dentro. Pero el fútbol ya se ha convertido en un fenómeno social mucho más civilizado. Ahora la gente va al fútbol como se va a la ópera. Sólo hay que darse una vuelta por los palcos. También es verdad que los futbolistas han evolucionado mucho y han dejado de ser esos catetos que hablaban con faltas de ortografía y ahora son gente moderna que marca tendencia. Entre los héroes de los jóvenes siempre hay algún deportista. Y eso es muy sano.

—Y hablando de personalidad, ¿qué le pareció el gesto de Alves de recoger un plátano y comérselo?

—Fabuloso. Me pareció fantástico y mire usted que Dani Alves no está ni entre mis siete millones de futbolistas favoritos, pero desde luego le aplaudo a él y la reacción que ha suscitado. A los auténticos orangutanes hay que echarles del fútbol.

—Señor Prado, ¿qué hace un madridista como usted escribiéndole canciones a un atletista como Sabina?

—¡El himno lo escribió él solo! El día que nos lo puso, Luis García Montero le dijo: Joaquín esto es el ejemplo de que no entiendes nada, ni de fútbol ni de himnos, ja,ja. No le gusta ir al fútbol pero tampoco le gusta ir a conciertos y es cantante. Joaquín está en casa o en bares. No le gustan los recintos grandes. Cuando vienen a tocar los Rolling al Calderón, el tipo se coge un palco, nos invita a todos y él no va. Pero se ha hecho bastante futbolero últimamente. Como tiene la tele más grande vamos todos sus amigos a verlo con él.

—¿Se ve mejor el fútbol en la tele?

—El fútbol se ve en el campo. Cuando vas a un campo y sales del vomitorio y ves el césped, eso no hay televisión en la vida que te lo pueda dar.

—¿Con quién se lleva mejor con Florentino o con Cerezo?

—Con ninguno de los dos. A los dos los he saludado alguna vez pero no tengo contacto con ellos. Yo creo que lo peor del fútbol son los presidentes. Tengo que decir de todas formas que me está gustando mucho más este segundo mandato de Florentino que el otro; está dejando que los equipos los hagan los entrenadores, está siendo más discreto, se le ve menos y por lo tanto lo estará haciendo mejor.

—¿Está usted pergeñando la novela de la Décima?

—Sería imposible. No se puede escribir en caliente igual que no se puede discutir en caliente. Hay que dejar que las cosas destilen. Ahora estoy haciendo otra novela protagonizada también por Juan Urbano, pero me ha dado usted una idea: alguna de las que haga próximamente tendrá un escenario de fútbol. Se lo prometo sobre este AS que, le aseguro, para mí es la Biblia.