Bertín Osborne
“Quiero la final Madrid-Chelsea para destrozar a Mou en su casa”
Bertín Osborne aparece por ‘Las Estaciones de Juan’ con su aire de western crepuscular. Lo ha pasado regular con su Real Madrid pero sueña con una noche de gloria en Lisboa.
—¿Después del partido contra el Bayern ya está menos enfadado con su Madrid?
—Fue un partidazo, pero la primera parte no me gustó, estaban nerviosos, como flanes. Se encerraron atrás y se les aflojaron las piernas sin tener el balón. Menos mal que después el equipo se recompuso y sacó buena sangre y clase. La defensa estuvo descomunal, todos, Pepe, Carvajal y, sobre todo, Coentrao. Y luego apareció Casillas, que volvió a hacer una de las suyas.
—¿Le gustó el Bayern?
—Me decepcionó, dominó a lo ancho del campo pero no tuvo apenas ocasiones.
—¿Qué pasará en Múnich?
—Va a ser un infierno, pero si el Madrid pone la misma bravura pasará a la final. Creo que meteremos un gol, además Cristiano y Bale ya estarán en mejor forma.
—¿Vislumbra una final Real Madrid-Atleti?
—Creo que el Atleti lo tiene muy difícil y lo siento mucho porque estoy con ellos. Ahora bien, Mourinho no se merece ser entrenador de fútbol. Si yo fuera dueño del Chelsea lo echaba inmediatamente después del lamentable espectáculo que dio en el Calderón. Dicho esto, me encantaría una final Real Madrid-Chelsea para pasar por encima de Mou y, además, en Lisboa, en su casa.
—Es usted un madridista de piel atlética.
—Siento envidia sana por ese equipo. Hacía mucho tiempo que no veía nada igual. El profe Ortega, el preparador físico, está haciendo un trabajo descomunal. A ese hombre habría que hacerle un monumento en el Manzanares. Y a su afición, no digamos.
—Y otro monumento para el Cholo, ¿no?
—El Cholo es mi ídolo, y lo dice un madridista de verdad, que quede claro. Los que hemos visto jugar a Pirri, Camacho, Santillana... echamos de menos esa entrega en el campo. Que llegue un tío como Simeone y organice de esa manera un equipo que era una catástrofe tiene un mérito extraordinario. La eliminatoria de Champions contra el Barça es digna de llevarla a las escuelas de entrenadores. Veremos cómo acaba lo del Chelsea, pero da igual, el trabajo de este año del Atleti es grandioso.
—Díganos por qué el Madrid ya no es un equipo tan querido en todos los sitios como antes.
—No lo sé, pero es verdad que hay una ola de antimadridismo por España que antes no existía. Es una tragedia viajar fuera de Madrid. Hay un odio que yo no lo he visto nunca.
—¿Tiene eso algo que ver con la figura de Mourinho?
—No, eso viene de mucho antes. Al Madrid, lamentablemente, lo ven por ahí como un equipo prepotente, y yo creo que no lo es, pero así están las cosas. Puede tener que ver con los continuos fichajes de las grandes estrellas, puede ser que eso fastidie. Empezó a ocurrir con el fichaje de Mijatovic, aquello fue horroroso. Tengo amigos en Valencia y ahora mismo el Madrid allí es el diablo, casi peor que en Barcelona.
—Para furor antimadridista el que sienten los aficionados del Atleti.
—Desde luego, al revés no ocurre eso. En mi caso, como madridista, siento cariño por el Atleti. Creo que lo del antimadridismo es puro complejo, porque el Madrid era superior, pero ahora igual cambian las cosas.
—¿Cree que hay un sector del madridismo al que le molesta la gran temporada que está realizando el Atleti?
—Supongo que fastidiará a mucha gente, a mí, personalmente, me gusta. Yo soy del Madrid, pero no soy un loco. A mí me gusta el fútbol. Me encantaba ver al Barça de Cruyff, al gran Barça de Guardiola, luego es verdad que ya me empezó a aburrir tanto toquecito y esas cosas. Yo soy de fútbol de garra, soy de Benito y de Camacho. A mí me gusta ver ese fútbol, ese nervio sobre el césped. Si un jugador pierde la pelota no se puede quedar mirando la vida pasar, tiene que pelear hasta el final como hacen los jugadores del Atleti.
—Si eso no lo hacen ahora los jugadores del Madrid algo de culpa tendrá también el entrenador, Carlo Ancelotti.
—A mí ese hombre me tiene harto, no lo entiendo, su forma de plantear los partidos, los cambios que hace. No sé por qué hay tíos en el banquillo que deberían ser titulares desde hace mucho tiempo. Y no sólo por el caso de Casillas, que me parece vergonzoso. Estoy indignado con ese asunto. Supongo que será un tema político porque si fuera deportivo sería para colgarlos a todos, sin menospreciar a Diego López, que me parece un porterazo. Pero dejar en el banquillo a un portero como Casillas es de coña. Y juega la Copa y la Champions porque no han tenido lo que hay que tener para quitarle.
—Detrás de todo esto sólo hay un hombre: Florentino Pérez.
—A ver, yo creo que Florentino Pérez es el mejor presidente que puede tener el Real Madrid. Lo digo convencido, yo le he votado y le seguiré votando. Es verdad que hay algunas cosas que yo no haría igual. Y el tema Casillas se les ha ido de las manos. Solo faltaría que Iker abandonara el equipo, a mí me daría algo, desde luego. Con todos mis respetos a Diego López, cuando un futbolista rival ve a Casillas debajo de los palos le entra un extraño tembleque en el cuerpo, y eso me lo ha dicho un jugador profesional. No solamente creo que es el mejor portero del mundo sino que tiene un carisma extraordinario que impresiona a los rivales.
—¿Qué pensará de todo esto el presidente de honor, el gran Di Stéfano?
—A mí Alfredo, con el que he tenido el honor de jugar al fútbol y al que adoro porque es un tipo genial, me llamaba Janko, mejor que Puskas, que me llamaba Cantamañanas. Pues bien, Alfredo me dijo un día: ‘Mira, Janko, olvídate, un equipo son cuatro jugadores: el portero, el defensa central, el mediocentro y el delantero centro. Esos cuatro tienen que ser cuatro cracks y después adorna el árbol como quieras’. El Madrid está bien adornado pero mal ligado. Yo creo que Ancelotti no es entrenador para el Madrid. El Madrid se ha acomodado.
—¿Qué haría si fuera presidente del Madrid?
—Mira, si yo fuera presidente quitaba a Ancelotti y me traía a un tío joven con ambición como Simeone o Guardiola, o el del Borussia, Jurgen Klopp. Y le daría sitio a dos o tres canteranos que tendrían que estar jugando ahora mismo. Chavales que se maten en el campo como debe ser y a los que hay que darles su oportunidad.
—¿Cuál será el desenlace de la Liga?
—Yo creo que el Atleti se la lleva. Va a aguantar hasta el final con esa mezcla de garra y clase que ha demostrado durante toda la temporada.
—¿Qué le ocurre con los periodistas catalanes cuando le entrevistan en Cataluña?
—Bueno, yo dije una vez en Barcelona que estaba “hasta los huevos” de que me preguntaran en catalán, pero sin mal rollo. Quería decir que no me parecía normal que a un tío de Sevilla que no habla catalán le hicieran preguntas en catalán. Un día en TV3, en directo, el presentador de un programa me hizo una pregunta muy larga en catalán y yo se la contesté en inglés. Ante el estupor del hombre yo le dije: ‘Joder, si tú me hablas en catalán, que yo no entiendo, yo te contesto en inglés, y a ver si los que están en casa se enteran de algo’.
—¿Cuándo tuvo a Shakira en su casa ya desprendía aroma culé?
—Esta es una historia muy curiosa porque Shakira estuvo un fin de semana entero en mi casa y yo no sabía quién era. Me enteré que era Shakira en el momento de irse. Vino un grupo de amigos un viernes a mi casa y la trajeron a ella y a su anterior novio, De la Rúa. Y yo encantado, hasta le enseñé a montar a caballo sin saber quién era. Cuando se disponían a irse apareció mi hija Claudia y me dice: ‘¡Papá, pero cómo no me has avisado de que está aquí Shakira!’ Y yo: ‘¿Quién, Shakira? Y yo que sé’. Después ya hemos coincidido varias veces cantando juntos. Tengo que decir que es adorable y muy simpática.
—Usted ha sido campeón de España de pádel, pero dicen las malas lenguas que lo fue por enchufe, por sus influencias con las altas esferas marbellíes.
—Yo he sido una vez campeón de España absoluto y, después, dos veces campeón de España de veteranos. He jugado muy bien al pádel y lo sigo haciendo. Es verdad que cuando gané el primer campeonato, hace más de 20 años, no había el nivel que hay ahora. Yo era el número siete de España y el ránking llegaba a 150. Y jugadores buenos no había muchos y todos éramos amigos. Yo fundé la Federación Española de pádel y fui vicepresidente.
—También dicen de usted que ha sido todo un playboy, ¿está de acuerdo o lo quiere desmentir?
—Vamos a ver, yo he sido un buen aficionado porque le he dedicado mucho tiempo, sí. Pero es que tengo muchos años.
—¿Fue sobrado alguna vez?
—No, yo no me he sobrado nunca, he sido siempre un currante desde mi más tierna juventud.
—Junto a Arévalo representa ahora en el teatro ‘Dos caraduras en crisis’, ¿en qué consiste el espectáculo?
—Es un cachondeo que dura dos horas. El cachondeo por el cachondeo, nada más. No es una función teatral al uso, no hay guión, es… otra cosa, donde dos personajes absolutamente dispares afirman que son mellizos y lo demuestran. Es un continúo río de humor.
—¿Cómo llegaron a juntarse y a hacer una cosa así?
—Paco Arévalo y yo somos amigos desde hace 30 años y una noche le dije: ‘Mira, Paco, parecemos Schwarzenegger y Dani de Vito’. Al otro día me llama Paco y me suelta: ‘Ya está, lo tengo organizado’. Y ante mi asombro el tío sigue: ‘Debutamos en un mes’. ‘Pues vale’, le digo. Y de eso han pasado tres años.
—¿Nos deja su receta mágica del gazpacho?
—Yo tengo 60 productos en mi empresa de alimentación. El gazpacho es la estrella de todos, porque lo he hecho yo, con mis experimentos. Me tiré un día entero en la fábrica quitando y poniendo ingredientes, haciendo mil pruebas hasta que logré el sabor del gazpacho que a mí me gusta. Pero es un lío la receta porque yo hago una túrmix grande, luego otra, las pruebo, y lo que le falta a ambas lo pongo en una tercera, y así. En fin, que no hay receta.