CASTILLA 0 - EIBAR 1
El Eibar gana por puro oficio y ahoga aún más al Castilla
El gol de Capa en el minuto 11 permite al Eibar afianzarse en el segundo puesto y prolonga la mala racha del filial, que acumula cinco jornadas sin ganar.
El Eibar sigue persiguiendo su sueño de llevar fútbol de Primera a Ipurua y ayer quemó una nueva etapa más a costa del Castilla, un pelele en las curtidas manos del fútbol armero más añejo. Que Garitano dejase en el banquillo a Jota, su pelotero más fantasioso, ya venía a decir que el Eibar haría un downgrade, bajar a su versión de años anteriores y su Trinidad táctica: sudor, presión, patadón.
Pero todo pudo ser diferente. En el primer minuto de juego Willian José estuvo a un tris de alterar la historia no escrita del partido con un cabezazo a la salida de un córner. Pero donde no llegó la defensa vasca, llegó una mano increíble de Irureta. El Castilla se animó y llevó el peso, pero el Eibar no estaba para tonterías. Capa, posiblemente uno de los futbolistas más musculados de la categoría, engañó al respetable (y al Castilla) al sacarse un chut lejano de mucha calidad imparable para Pacheco en el minuto 10.
Un gol que penalizaba al filial, el que proponía, y daba alas al plan de Garitano: tirar de oficio contra los cachorros blancos. No obstante, se le pudo alterar el guión en el 24’ si el asistente de Medié Jiménez no hubiese cometido el error de levantar la bandera cuando Lele Cabrera, en línea, cabeceaba a gol un saque de falta. Una acción que devolvió a la grada del Di Stéfano los fantasmas arbitrales que sufrió Toril al principio de curso.
En la segunda parte, el Castilla siguió probando fortuna en la maraña defensiva armera. Primero José Rodríguez en el 51’ con un buen derechazo que desvió Irureta y después en el 64’ fue Llorente, rizando el rizo, el que intimidó con una chilena. A pura fe, más que a fútbol y con José Manuel Díaz sin dar con la tecla (sacar a Derik de lateral derecho tiene miga), el Castilla estuvo por tercera vez en el partido a punto de destrozar el plan del Eibar. Esta vez fue en el 79’, Burgui se llevó dos defensas, metió un balón inmenso para Lucas pero su disparo se topó con Irureta, que salió a la argentina, flexible como Spiderman, y la mandó a corner… Fue el canto del cisne castillista. Ya sin fuerzas, entregaron el cuello para que el Eibar acabase el sufrimiento. Pero Gilvan Gomes (en el 82’) y Morales ( 93’) se toparon dos veces en el uno contra uno con Pacheco, el único dispuesto a no capitular. La portería es lo único que no hace aguas últimanente en un Castilla hundido en el descenso. Mal asunto...