VALENCIA
Juan Soler, imputado por tentativa de secuestro
El expresidente del Valencia contrató presuntamente a un sicario para raptar a su sucesor en el cargo Vicente Soriano. El juez le imputó por secuestro y le dejó en libertad.
Hace dos semanas la Policía llamó al domicilio del expresidente del Valencia Vicente Soriano. Lo hizo para advertirle de que su vida “corría un serio peligro”, según confirmaron a AS fuentes próximas al empresario, e instarle a que hasta nuevo aviso tratara de salir lo menos posible a la calle y en el caso de que no tuviera más remedio que hacerlo lo hiciera siempre acompañado y tomando precauciones. No le dieron más detalles. Durante estas dos semanas, una patrulla de la policía secreta custodiaba su domicilio y Vicente Soriano desconocía por qué y por quién estaba amenazado. Lo supo el martes por la noche, cuando la Policía volvió a llamarle para decirle que habían sido detenidas dos personas que presuntamente habrían contactado con un sicario para secuestrarle. Y su asombro fue todavía aún mayor cuando le dijeron uno de los nombres: Juan Soler, su antecesor como presidente del Valencia.
Juan Soler fue detenido el pasado martes por la Policía, que le seguía la pista desde hace semanas. Ayer pasó a disposición judicial y tras negarse a declarar en el Juzgado de Instrucción Número 12 de Valencia (“No hay nada que decir”, se limitó a decir Soler), el juez le imputó por tentativa de secuestro a Soriano.
Soler quedó en libertad porque ni la Fiscalía ni ninguna tercera parte en el proceso había solicitado que entrara en prisión. Hay que decir que Vicente Soriano no había presentado ninguna denuncia contra nadie y todo el proceso ha sido propiciado por la investigación que llevaba en curso la Policía. Soriano, ahora, ha dejado el tema en manos de sus abogados.
El juez, tras interrogar a Soler y este ampararse en su derecho a mantener silencio, abrió la causa y el proceso de investigación judicial queda bajo secreto. Además, dictó tres medidas cautelares: Juan Soler tiene prohibido salir del país (se le retiró el pasaporte), está obligado a comparecer periódicamente en los juzgados y, además, recae sobre él una orden de alejamiento de Vicente Soriano de 15 metros (el domicilio particular de Soler y el despacho profesional de Soriano se encuentran en la misma plaza del centro de Valencia). Junto a Soler fue llamado también a declarar un segundo imputado, aunque en su caso su identidad no fue hecha pública, si bien, fuentes judiciales matizaron que no se trataba de ningún sicario.
Según los indicios de la Policía, el móvil del intento de secuestro de Vicente Soriano —presuntamente encargado por Juan Soler— tendría relación con una operación de compra-venta de acciones del Valencia. Ésta tuvo lugar en 2009 y terminó en los tribunales con una demanda de Soler a Soriano por incumplimiento de contrato. En 2013 el Tribunal Supremo dictó sentencia a favor de Soler e instaba a Soriano a pagarle 59 millones de euros (deuda no liquidada hasta la fecha).
Según fuentes cercanas a la investigación, la Policía tendría pruebas gráficas y sonoras (pinchazos teléfonicos) que presuntamente relacionarían a Juan Soler en conversaciones para contratar los servicios de un sicario cuya misión sería la de secuestrar a Soriano. Incluso se apunta a que una vez consumada la retención contra su voluntad, el plan trazado sería trasladar a Soriano a un lugar de Francia. Todo ello está ahora en fase de estudio por parte del juez y se apunta que el proceso será largo.
Las claves
Presidentes. Juan Soler presidió el Valencia desde 2004 a 2008. Vicente Soriano, que fuera vicepresidente en la etapa de Soler, ocupó el cargo desde 2008 a 2009. Lo hizo tras convencer a Soler de que le delegara las acciones una vez Juan Villalonga propuso una ampliación de capital que perjudicaba a ambos.
Dalport. En 2009, con Manuel Llorente ya de presidente, Vicente Soriano buscó en Inversiones Dalport una vía de salida para su paquete accionarial del Valencia. Necesitaba para ello convencer a Juan Soler para que también vendiera y traspasar así un paquete mayoritario. Pero Dalport nunca les pagó.
Supremo. Soler entendía que él llegó a un acuerdo con Soriano y no con Dalport. Y le denunció por incumplimiento de contrato. El Supremo le dio la razón.