CASTILLA 0 - DEPORTIVO 2
El Depor duerme líder tras fulminar a un flojo Castilla
Juan Domínguez e Ifrán marcaron los goles que permiten al Deportivo alcanzar el primer puesto a la espera de lo que haga el Eibar contra el Zaragoza.
El Deportivo dormirá líder a la espera de lo que haga este domingo el Eibar en La Romareda (12:00 horas) y quema otra etapa más en pos del ascenso. Por el camino le endosó al Castilla su segunda derrota consecutiva en el Di Stéfano en un pésimo partido del filial. Ya van tres semanas malas y las tinieblas del descenso vuelven a envolver al equipo de Díaz, que no encuentra soluciones.
Ayer, en un clima raro (empezó con guiño a Noé y su diluvio y acabó en tarde soleada), el que mejor supo moverse fue el Depor. Y eso que en el calentamiento Marchena se resintió de unas molestias y Manuel Pablo (38 años) tuvo que coger el capote y hacer de central, cumpliendo con creces.
Ya en 12’, los de Vázquez anunciaron lo que le venía al Castilla. Laure penetró por la derecha, se la cedió a Rabello y su chut lo mandó a córner Mascarell con la pantorrilla. Laure, el mejor del Depor, volvió a torpedear la defensa blanca en el 23’. Provocó una falta peligrosa, que botó con maestría Luisinho y encontró la cabeza solitaria de Juan Domínguez. El enésimo naufragio del Castilla a balón parado y un mal crónico para el que José Manuel Díaz no parece encontrar el exorcismo adecuado...
Aún así, el Castilla mudó de piel al inicio de la segunda mitad. De Tomás tuvo una de las mejores ocasiones en el 54’ pero la sacó con el pie Lux en su mejor intervención, porque El Poroto ofreció un recital de salidas terroríficas impropias de un portero internacional argentino. El Deportivo se repuso al fuego amigo y a dos ocasiones potables de Aguza en el 60’ y Pablo Felipe 80’ para asestar en el 82’ el punto final al duelo.
Laure buscó a Ifrán, Pacheco salió alocadamente, Llorente no supo cortar el avance e Ifrán se encontró con todo a favor para poner el 0-2 definitivo. El balón al poste de Sobrino en el 85’ fue el triste epitafio de un Castilla que regresa a su versión cándida y floja en el tramo decisivo. Todo lo contrario de un Depor que, con el oficio por bandera, empieza a oler a Primera.