Día D en La Catedral

Partido a partido, ya saben, pero San Mamés sólo hay uno (o dos, pero ya me entienden). Aunque disimule Simeone, este encuentro es especial; a priori el más difícil, junto a Mestalla, que le queda al Atleti antes de esa última jornada en el Camp Nou. Si sale líder de esta jornada será muy difícil para el Cholo seguir disfrazándose de cordero. Si sale líder... El reto es mayúsculo.

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Porque el Athletic de Valverde, silenciado por la espectacular carrera por el título, está cuajando una Liga sensacional. Firmemente instalado en Champions, ha convertido su nuevo estadio en un fortín. Sólo han ganado allí dos equipos, el Espanyol en Liga y... el Atleti en la Copa, el primero en lograrlo.

Presión doble. Pero las seis victorias seguidas del Sevilla le han metido la inquietud en el cuerpo al Athletic que veía el cuarto puesto muy atado. Los de Emery están a seis puntos y juegan en Vigo justo antes del duelo de San Mamés. Si ganan los andaluces, los leones saldrán con urgencias similares a las de su rival. Máxima tensión en Bilbao.

Simeone aprovechó la visita del Granada para dar descansos y hoy saldrá su once de las grandes ocasiones, con Raúl García como pareja de Diego Costa. Ambos marcaron en la victoria copera (1-2) e hicieron pocos amigos entre sus rivales. Con un Teixeira (José Antonio esta vez) de por medio, puede pasar cualquier cosa.

En el Athletic, donde Muniain está tocado pero jugará, faltan Ander Herrera y Gurpegui. El primero tiene relevo de garantías en De Marcos, de vuelta a la posición en la que explotó con Bielsa. Más complicado es lo de Gurpegui, sobresaliente en su reconversión a central. En su lugar entra un San José al que Diego Costa ha hecho ya añicos este curso. Prueba de fuego para una defensa que es la mejor de la segunda vuelta con sólo ocho goles en contra.

En conclusión, tremendo partido. “Invitaría a los que sueñan a que se despierten”, dijo ayer Simeone. Demasiado tarde. El sueño dura ya demasiado como para negarlo y, si el Atleti gana en Bilbao, será irrefrenable.

Muniain no se entrena por un dolor en el sacro, pero está para jugar

Iker Muniain no se entrenó ayer con sus compañeros por culpa de un dolor en el sacro que se le reproduce cada cierto tiempo. Ernesto Valverde decidió liberarle de la sesión, como ya ha hecho en otras ocasiones, con la idea de alinearle de salida. En el caso de que vaya a mayores, procedería a un cambio. Beñat como mediapunta y De Marcos en la izquierda, o Saborit en la banda, sin que juegue el ex del Betis, sería lo más probable en caso de que se retire. Por si acaso, Txingurri se llevó a todos los disponibles convocados, un total de 19.