Café, copa y fútbol
Leguina: “El palco del Barcelona es un espectáculo deprimente”
Tiene Joaquín Leguina buen toque de balón que exhibe en la puerta de Casa Juan. Culto y socarrón, dice que el Madrid ganará la Liga y saca el látigo contra los árbitros y Zapatero.
—¿Lo de Sevilla es irreparable?
—Para nada. Quedan ocho jornadas y puede pasar de todo. Ya no se pueden perder más puntos. Ahora que sean otros los que pinchen.
—Publica Historia de un despropósito, ¿se refiere a la actuación de Undiano en el Clásico?
—No, ja, ja. Me refiero a Zapatero. Pero sí le diré que no entiendo qué le pasó al tal Undiano. Un partido que estaba siendo un gran espectáculo, decide en un momento dado que lo va a fastidiar. Pitó tres penaltis que no eran y además expulsó a uno de los mejores defensas. Yo me pregunto, ¿esto ha pasado alguna vez en Barcelona?
—¿Piensa usted que hay una mano negra contra el Madrid?
—No sé lo que hay. Pero ¿por qué sistemáticamente en los grandes partidos siempre hay un árbitro que mete la pata? ¡Deje jugar hombre!
—En cuanto a los árbitros, ¿el Madrid está perdiendo peso, influencia?
—No creo que debiera haber ningún tipo de influencia sobre los árbitros. Sí creo que el Colegio de Árbitros debería tomar partido sobre cómo afrontar encuentros de la trascendencia de un Clásico y dar normas para intentar evitar ciertos errores.
—¿Le pareció desproporcionada la reacción del domingo de Sergio Ramos y Cristiano?
—El problema es que estas actuaciones arbitrales se cargan el espectáculo. No me extrañaron sus declaraciones. Son humanos. Su reacción me parece lo más lógico y natural.
—¿Ha echado de menos en los últimos partidos a las dos grandes estrellas Ronaldo y Bale?
—No creo que estén jugando mal. Aunque tampoco parece que estén en su mejor momento. El que hizo un partido fabuloso contra el Barça fue Di María. Le eché de menos en Sevilla.
—Se está criticando a Bale cuyo caso es una paradoja. Su alto precio le puede convertir en víctima.
—Lo que ha costado este jugador es una cosa y lo que ha cobrado él otra mucho menor. Tendría que rendir por lo que ha cobrado no por lo que ha pagado el Madrid. Hay que ser tolerantes y cariñosos con estos ases del deporte. Los futbolistas lo dan todo en el campo, eso es evidente. Es su oficio y su pasión y no se suelen reservar para la próxima ocasión. Están entregados aunque un partido salga mejor que otro.
—¿Considera que Cristiano es mejor futbolista que Messi?
—No son comparables. Son dos estilos completamente diferentes. Uno es el atleta, la velocidad y una clase enorme, contra el pequeño saltarín que tiene una capacidad sobrehumana, ¿cómo puede llevar la pelota atada al pie? Es un genio.
—¿El futbolista tiene que ser inteligente o intuitivo?
—¿Qué es inteligente? La adecuación de medios afines. Un señor que golpea con el pie y manda un balón a 40 metros, donde le da la gana, eso lo hace el cerebro y no el pie. Hay por tanto que tener un cerebro privilegiado. Yo cuando oigo decir, “es que son unos necios”, ¿necios? Hablarán mal o no sabrán matemáticas, pero para jugar bien al fútbol, como para jugar al ajedrez, hay que tener mucha cabeza.
—La figura del entrenador, ¿le parece sobredimensionada?
—Es evidente que saben de fútbol, pero creo que muchas veces con esos planteles de futbolistas no hace falta decir nada. Un buen entrenador es como un general que conoce bien a sus soldados, les da moral y evita que se peleen entre ellos. De fútbol y de mus sabemos mucho todos los españoles. Los entrenadores saben un poco más, pero ojo, tampoco hacen milagros.
—¿Usted es más de Mourinho o Ancelotti?
—Ancelotti le da más tranquilidad al equipo. Tú no puedes ser el general de una división y meter líos entre las filas de tus soldados. El Madrid este año está jugando a un nivel muy alto y no se les notan grandes disfunciones.
—¿Cómo vislumbra el final de temporada?
—Creo que a pesar de los tropiezos la Liga al final la ganará el Madrid. En Champions no sabría decirlo.
—¿Usted cree que molesta la presencia del Atlético peleando por la Liga?
—Hay a muchos forofos que sí les molesta. A mí no.
—¿Cree que el Atleti sólo está haciendo un papel decorativo?
—No, ni hablar. Tiene un equipo muy bien conjuntado. Simeone sabe mover a su gente en un equipo que tradicionalmente tiene pájaras y desmoralizaciones colectivas. Les ha dado moral de victoria y son jugadores de primera calidad. No hay que descartar al Atlético, no sería la primera vez que gana una Liga y no será la última.
—¿Cómo ve ese duelo de Champions, Barça-Atleti?
—Lo van a pasar mal los dos. Puestos a elegir prefiero que pase el Atlético.
—Después de las dos últimas derrotas, anda usted con la mosca detrás de la oreja con el Borussia.
—Bueno, ya se vio el año pasado. Aunque creo que en esta ocasión pasamos seguro. Además este año se ha roto la maldición alemana con los seis goles al Schalke.
—¿El Bayern de Guardiola es el favorito?
—Tiene que jugar ahora contra el Manchester y hay que ver ese partido. El Manchester está de capa caída pero hay que recordar que son ingleses y los que viven en una isla son marineros peligrosos.
—¿Qué sensaciones le da el palco del Madrid?
—Es un palco de gente adinerada, pero lo prefiero al palco del Barcelona que está lleno de políticos que quieren hacerse la foto para ver quién es más nacionalista. Eso de que el Barça es más que un club es sospechoso. Yo nunca sería de un equipo así. El palco del Barça es un espectáculo deprimente.
—En su libro critica a Zapatero precisamente por la mala gestión del asunto soberanista.
—Ese tema es un cáncer. Como soy antinacionalista creo que ese problema no se discute, se pelea. Hay que ganar la batalla en Cataluña. Hay que cumplir y hacer cumplir la Constitución. Todos los gobiernos de la democracia han hecho dejación de sus responsabilidades con respecto a Cataluña. Y ahora lo estamos pagando.
—¿Y si los nacionalistas siguen adelante?
—Si llegan a ponerse delante del abismo y se tiran, se pegarán un gran estacazo. Hay que cumplir la ley. Quienes han creado el problema han sido ellos y tienen que parar. Tienen un enemigo que es España y cuando lo ven débil le meten la navaja en el pescuezo.
—Le tiene usted hostilidad a Zapatero porque fue un presidente del gobierno del Barça.
—¡No, hombre! ¿Sabe por qué es del Barça? Porque allí jugó un delantero que se llamaba César y era de su pueblo, de León. Zapatero era de rostro tranquilo y sonrisa bobalicona y eso le hacía pasar por un hombre amable y un poco tontorrón. Pero no era ni lo uno ni lo otro. Eso sí, yo que le critico tanto debo ser el primero en decirlo: es un hombre honrado, y eso es una gran virtud política y humana. Zapatero, a pesar de ser del Barça, era honrado.
—¿Qué le parece la figura de Florentino Pérez?
—Muy inteligente y grandísimo ingeniero. Fue él quién diseñó el plan integral de saneamiento de Madrid que mi partido respaldó por ser una obra impecable. Y hablando de obras, no sé si los atléticos sabrán que Florentino es uno de los constructores de La Peineta. Dice que perdió dinero con la obra.
—Usted fue gran deportista.
—Sobre todo en atletismo. Fui campeón de 200 metros lisos en Vizcaya. Pero a lo que he jugado más es al fútbol, en campeonatos juveniles y en la selección universitaria. Era medio izquierda y tenía la capacidad de jugar bien con los dos pies.
—¿Su ídolo?
—Gento. Nuestras familias han sido muy amigas. Somos del mismo pueblo de Santander y hasta hemos ido al mismo colegio. Él es un hombre entre tímido y áspero, muy cántabro. Gente de pocas palabras. Nunca le ha gustado verse en medio del espectáculo. Tiene un sentido del humor especial, como todos los cántabros, un humor que no se entiende bien.
—¿El mejor de todos los futbolistas que ha visto?
—El mejor Di Stéfano. Tenía una inteligencia superior para jugar al fútbol. El equipo que jugaba con él jugaba con uno más porque atacaba y defendía, cosa que entonces era muy difícil. No he visto a nadie jugar así. Con una eficacia increíble.
—¿Con qué Madrid se quedaría, con la Quinta, los Galácticos o el actual?
—Sin duda el actual. La Quinta del Buitre la formaban futbolistas muy locales y muy buenos. Daba gusto estar con ellos. Les traté mucho porque entonces yo era presidente. Era gente con gracia y talento, pero en Europa no tuvieron éxito.
—Cuando presidía la Comunidad, ¿cómo era su relación con los presidentes del Madrid y el Atleti?
—Gil me insultaba, llamó a mi madre cosas muy feas y amenacé con llevarle al juzgado, pero el Fiscal General no me lo aconsejó. Luego curiosamente con los hijos me he llevado muy bien. También con Vicente Calderón y Ramón Mendoza. Cuando iba al palco había que poner cara de palo. No es lo mismo que verlo con los amigos.
—¿Cómo ha vivido la crisis del Racing?
—Como algo deplorable que demuestra hasta qué punto hay gente en Santander que tendrían que ser declaradas personas non gratas. Ahora han dejado el asunto en manos de profesionales. Lo siento por el club, por la ciudad y por Revilla que se dejó mucho para salvar al equipo. Políticamente discrepo, pero le admiro. Somos amigos desde niños.
—La última, ¿fue Adolfo Suárez un galáctico de la política?
—Fue un hombre que asumió su destino. Hizo lo que tenía que hacer, con unas críticas feroces. Algunos tenían que haber ido de rodillas a despedirse por las cosas que entonces dijeron. Era un hombre honrado, traicionado por los suyos y acosado por los nuestros. Este homenaje de ahora, le viene bien al país para que se vea que aquí se han hecho grandes esfuerzos de reconciliación nacional, para construir una democracia y convivir en paz. Y Suárez es uno de los responsables de esa labor histórica. El más importante probablemente.