Brahimi pone al Granada rumbo a la salvación definitiva

Ganó por calidad el Granada. La que tiene Brahimi, esta vez goleador, y la que tiene El Arabi, delantero cada vez más determinante dentro del sólido bloque que con buen tino ha diseñado Lucas Alcaraz. Un error de Damián condenó a un Elche combativo que aguantó el tipo pero que sigue parapetado entre las dudas que despiertan sus últimos resultados.

Decidió Brahimi, talento puro. Un diamante que Pina encontró en el Rennes y que va para futbolista grande. Sus registros goleadores nunca han estado a la altura de su calidad y desequilibrio. Pero ante el Elche hizo gala de su exquisito temple para firmar su segundo gol de la temporada y sentar al Granada en business en su trayecto hacia la permanencia. Un trozo de gol se lo debe a El Arabi, otra vez omnipresente y brillante en ataque. El marroquí aprovechó el resbalón de Damián para liderar una contra y asistir a Brahimi, que dejó la prueba de su talento en la red de Manu Herrera con un sutil toque con la izquierda. Hasta ahí llegó el buen trabajo del Elche, que se vio atropellado en la recta final del partido y entregó las armas en el minuto 71 con el penalti y la expulsión de Sapunaru. Fran Rico estrelló la pena máxima en el poste y concedió un halo extra de esperanza a su rival. También ayudó a evitar una derrota mayor Manu Herrera con alguna parada de mérito.

Hasta el gol de Brahimi que rompió el partido, el Elche tuvo relativamente controlado al Granada, al que sólo concedió una ocasión a balón parado al filo del descanso que El Arabi mandó muy arriba. Javi Márquez con dos disparos lejanos y Pelegrín con un remate franco de cabeza avisaron a Roberto. El Elche fue menguando y El Arabi se fue creciendo a medida que avanzaba la segunda parte. El '9' rojiblanco avisó minutos antes de la jugada que decidió el partido. Su disparo lo repelió Manu. Luego llegó el resbalón de Damián, la conexión El Arabi-Brahimi y una victoria que deja al Granada mucho más cerca de Primera. El Elche, en cambio, se va de Los Cármenes con su sed de revancha truncada y muy preocupado.