ALAVÉS 0 - MIRANDÉS 2
El Mirandés saca los colores a un Alavés que cae en barrena
El Mirandés golpeó a un rival directo y con su triunfo hunde al equipo vitoriano en el fondo de la tabla mientras los burgaleses logran coger aire.
No funciona nada en Mendizorroza, ni siquiera los marcadores. Los más de 11.000 espectadores que fueron ayer al campo tuvieron que imaginarse el resultado, los cambios y las tarjetas. Tampoco funciona su equipo, al que, igualmente, le saltaron los plomos. Todas las carencias de los albiazules emergieron ante un intenso Mirandés que le ganó la partida claramente. Los rojillos se escapan de la zona caliente por méritos propios.
El Alavés dominó en los primeros compases y Jarosik ya avisó de cabeza en el minuto 2. Emilio sirvió un corner con rosca y el checo peinó el esférico pero apenas desvió su trayectoria y se marchó fuera de fondo. La grada se las prometía muy felices pero el Mirandés comenzó a dominar el choque y llevó a los vitorianos hasta el esperpento. Continuas pérdidas de balón, juego desesperadamente horizontal y ocasiones falladas de forma incomprensible.
Mientras tanto, los rojillos a lo suyo: Ríos Reina falló una contra de tres contra dos y Pablo Infante de magnífica falta directa llevó al respetable a la taquicardia. Lo que inicialmente eran avisos se terminaron por convertir en realidad cuando en el minuto 27, Alvaro Corral remató en el segundo palo un gran pase procedente de la banda derecha.
Aunque Nano, Viguera y un posible penalti a Stevanovic llevaron peligro a la meta de Prieto, el Mirandés siempre protagonizó el tempo del choque tanto en defensa como en ataque. El público ya pitó al Alavés en la primera mitad cuando sus centrales se empeñaban en pasar el balón al portero Goitia evidenciando sus carencias y la falta de confianza en sí mismos.
Tras el paso por el vestuario, los de Mandiá buscaron las bandas y apretaron en ataque pero los burgaleses también hacían peligro con sus contras. La expulsión de Guzmán, que soltó un brazo sin sentido a Pablo Infante, terminaron con las esperanzas vitorianas. Los cambios tampoco aportaron nada, todo lo contrario que en el Mirandés ya que, a los pocos minutos de saltar al terreno de juego fue Díaz de Cerio, hombre de refresco, el que remató el partido. Ese gol en el tiempo de descuento concede a los del norte de Burgos, además, el golaverage particular. El Alavés se queda con 33 puntos en la clasificación y el Mirandés se va a los 38 y comienza a avisar a los de arriba.