ESPANYOL
Réquiem por un sueño
Con la permanencia atada salvo debacle histórica, la grada pide a su equipo que luche por un objetivo ambicioso que lleva siete años sin alcanzar. Europa espera.
Permanencia atada. Con la aplastante victoria ante el Elche, el Espanyol amarró 36 puntos. Apunta Javier Aguirre que ningún punto se salvó con tal cifra, y está en lo cierto. Pero el Celta certificó la permanencia la pasada temporada con 37, por lo que es casi un hecho. El primer objetivo, salvo debacle histórica, está colmado.
El espíritu de San Mamés. La próxima meta del equipo, empeñado en seguir paso a paso (no en vano, esa receta les ha funcionado de maravilla), no es otra que asaltar el Calderón, este próximo sábado (22:00). No solo fueron el primer conjunto en derrotar al Atlético esta campaña (1-0 en la décima jornada), sino que el vestuario ya ha encontrado una forma de motivarse: aplicar el mismo espíritu, intensidad y fe en sí mismo que en el nuevo San Mamés, lo que le valió para profanar La Catedral del Athletic (1-2) como nadie antes lo había hecho desde el estreno.
El reto de los 50. La plantilla y el cuerpo técnico, anclados en su mensaje de prudencia acaso por lo sucedido la temporada pasada —cuando dejaron de lograr victorias el día en que se plantearon Europa como objetivo, a seis jornadas del final—, sí podrían buscarse retos al alcance. Por ejemplo, lo sería alcanzar los 50 puntos. Aunque parezca baladí, el Espanyol no pasa de los 49 desde hace ocho temporadas, la 2004-05, cuando con Miguel Ángel Lotina al mando estuvo a un gol de acceder a la Champions.
Las cuentas de Europa. Ahora bien, en la afición del Espanyol arraiga una esperanza —a la que dio alas el modo sublime en que se ganó al Elche—, la cual no es otra que volver a Europa después de siete años. La grada no lo exige, pero sí pide a sus jugadores y a Aguirre que lo intenten. ¿Es posible o solo un sueño? Desde que las victorias valen tres puntos en la Liga, para ser séptimo clasificado se necesitan un promedio de 57 puntos, aunque el récord precisamente lo marcó el Espanyol en la 1998-99, con 61. El año pasado, por ejemplo, el Betis fue séptimo con 56, y a estas alturas esa posición la ocupaba el Valencia con 42; ahora también la ostentan los chés, pero con 41, por lo que Europa puede estar más barata de lo habitual.
Ritmo de Champions. De situarse la séptima plaza en 57 puntos, el reto es harto difícil, pues habría que sumar 21 puntos en las últimas 11 jornadas, el 63 por ciento del total. Sin embargo, el Espanyol camina ahora mismo a ritmo de Champions. Con 14 puntos, es el cuarto mejor equipo de la segunda vuelta, por encima de sus rivales directos por Europa: Sevilla (11 puntos), Valencia (13) y Levante (11). Ello supone que los pericos han sumado el 58 por ciento de los puntos posibles en esta segunda vuelta, casi el promedio que necesitarían para ser séptimos.
Fortín de verdad. Para que este sueño sea posible y no una quimera, la obligación del Espanyol sería convertir Cornellà-El Prat en el fortín que siempre tuvo que ser. El partidazo 100 ante el Elche podría significar un impulso para conseguirlo. 15 son los puntos en juego en casa hasta el final. El primero, ante un rival directo: el Levante. El segundo, el derbi, tan complicado como motivante y placentero en caso de resultado positivo. Y los tres contrincantes restantes, asequibles: Rayo, Almería y Osasuna. Una vez más, la grada será decisiva. Una hinchada ilusionada y ambiciosa que no quiere vivir el enésimo réquiem por un sueño.