El Gobierno quiere frenar la piratería con el Código Penal

El Gobierno endurecerá el Código Penal contra la piratería. Y lo hará con una definición más específica y con sanciones más duras. Ya trabaja en ello. Así lo anunció ayer Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, en la presentación de la campaña antipiratería de la LFP: “La sanción se ajustará a lo que pasa. Reformaremos el Código Penal para que contenga un artículo que supere las carencias de la Ley actual”.

“Cuando pirateas fútbol haces daño a tu equipo”. Ese es el lema de la LFP. Que el castigo venga de la mano de la conciencia social. Eso quiere. Consta de una cuña de radio y tres vídeos. En uno son los hinchas los que truncan goles y ocasiones. Y lo hacen con patadas y zancadillas a sus propios jugadores.

Las consecuencias de la piratería en la cultura las conoce bien Enrique Cerezo, presidente del Atlético y mayor productor de cine de España. “La vivo desde hace 30 años. Del VHS a la era digital, en la que cada uno, en casa, hace lo que quiere. He vivido muchas campañas y juicios y, al final, nada o casi nada”, dijo, y sonó pesimista. A su lado, Javier Tebas, presidente de la LFP; Paco Jémez, entrenador del Rayo; y Cardenal asintieron. “Bajarse una peli, o un partido, es robar. Y eso está muy bien tipificado, pero al llegar a los juzgados, se para. España también es campeona del mundo en piratería”, añadió Cerezo. Y siguió sonando pesimista.

O se detiene con leyes o el fútbol acabará en ruina. Ese fue su mensaje. Y el de todos. “Nos cargamos nuestro fútbol”, dijo Maldini. “Pensamos que debe ser gratuito, y no”, afirmó Axel Torres. Ellos representaban a Canal+ y Gol T, poseedores de los derechos en España y también víctimas de la piratería. “Lo vemos como algo tan natural que ya no parece ni delito, pero lo es. Uno no vive del aire. Y detrás del fútbol hay muchas familias”, resumió Jémez.

Entradas. Tebas negó que el precio de las entradas haya empujado al público a consumir fútbol de forma ilegal: “Los clubes han hecho un esfuerzo. Han bajado sus abonos entre un 15 y un 30%. Y se nota. Hay 275.000 aficionados, un 4% más, en los campos, cerca del récord. Eso se controla con tornos desde 1998”. Ahora lo que la LFP pretende con esa campaña es que nadie se cuele tampoco en casa. Que para ver fútbol, allí o acá, cada uno pague su entrada.