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Cambio en la presidencia

La revolución verde acaba con Ángel Lavín y Francisco Pernía

El juez convocó la Junta de accionistas que destituyó al Consejo. Sañudo toma el mando y tensión con la elección de Felisuco. Ni Harry ni sus consejeros dieron la cara.

SantanderActualizado a
La revolución verde acaba con Ángel Lavín y Francisco Pernía

Por unanimidad, Harry y su fantasmagórico Consejo de administración fue destituido por la Junta general de accionistas del Racing. Por unanimidad, los accionistas acuerdan iniciar proceso de responsabilidad contra los recién destituidos. Por unanimidad, se nombra un nuevo Consejo, presidido por Tuto Sañudo, defensa central durante 10 temporadas en el Racing y cinco en el Oviedo. Junto a él, entre los más populares, los históricos porteros Pedro Alba y Paco Liaño y el actor y cómico Félix Álvarez, ‘Felisuco’.

Llegar hasta ese momento no fue sencillo ya que el canto del cisne de los okupas, como les conoce toda Cantabria, fue el de suspender en la noche del jueves, mientras los futbolistas y la afición estaban emocionando al mundo del fútbol, la Junta General convocada por ellos mismos el 23 de diciembre. La justicia, esta vez sí, por fin, amparó al racinguismo cuando a las 9:00 el administrador holandés Onur Arslan, acompañado del abogado santanderino Ignacio Arroyo, acudió al juzgado de guardia a denunciar delito societario.

Penas de cárcel. A partir de ese momento, la habitualmente lenta maquinaria de los juzgados funcionó a toda velocidad tanto en el Juzgado de instrucción nº2, dirigido por el juez Miguel Ángel Agüero, como el Fiscalía de Cantabria que dirige Ignacio Tejido, ambos, juez y fiscal, los mismos que tienen imputados a Francisco Pernía y a Ángel Lavín, Harry, en una querella criminal por la que se les pide, por otros delitos societarios, pena de cárcel. Conocían perfectamente con quien se las gastaban. En eso, en el juzgado que estaba de turno ayer, tuvo suerte el racinguismo, que ya iba tocando.

Pasadas las 12:30 se cumplieron todos los pasos legales preceptivos y el juez Agüero firmaba un auto particularmente duro (“existen indicios suficientes para imputarles un delito societario”, ”fraude a los derechos de los accionistas” o “nula formalidad del acuerdo de suspensión”) por el que acordaba mantener la convocatoria de la Junta General.

Pese a que durante la noche del jueves y la mañana de ayer Harry y sus adláteres impartieron órdenes para que los empleados del club se fueran a sus casas y no facilitaran la posibilidad de llevar a cabo la Junta en los bajos de la Preferencia Sur, lo cierto es que muchos de ellos ya habían hecho llegar a la oposición que estaban dispuestos a dar el mismo paso que sobre el césped dieron sus compañeros futbolistas: luchar por el Racing auténtico. Así, cuando llegó el momento, las puertas se abrieron gracias a las llaves que portaba el jefe de mantenimiento. Otros empleados fueron poniéndose a las órdenes de la Junta y uno de ellos aportó el documento fundamental: la lista oficial de accionistas. El barco de Harry estaba definitivamente hundido.

Luego, la Junta, dirigida por un registrador de la propiedad y un abogado que extremaron el cuidado para cumplir escrupulosamente con la legalidad, fue ‘a la búlgara’. Se echó atrás, con el 100% de los votos, todas las propuestas del anterior Consejo, y se sacaron por unanimidad las del nuevo. Solo el nombramiento de Felisuco generó cierta tensión en la sala.