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VALLADOLID

El representante de Ebert niega que se borrara para el partido

Achaca el error “a una falta de entendimiento idiomático”. Su representado le dijo a Juan Ignacio el sábado que “no se encontraba bien, no veía bien, no estaba al 100%”.

El centrocampista alemán del Valladolid, Patrick Ebert (i), disputa un balón con el jugador del Athletic de Bilbao, Beñat, durante el encuentro que disputan esta noche en el estadio de San Mamés.
LUIS TEJIDOEFE

El nuevo representante de Patrick Ebert, Tolda Diricam, quiso ayer dar su versión de lo sucedido el sábado. Cuanto menos es una rocambolesca excusa escudada en la falta de entendimiento por el idioma. Afirma Diricam que su representado le dijo a Juan Ignacio el sábado que “no se encontraba bien, no veía bien, no estaba al 100% para un partido como el del Villarreal” y que todo el problema viene porque “el entrenador no debe entender muy bien el inglés. Es un problema de lengua”. Esa razón no sólo le sirvió al agente para excusar a Ebert ante Juan Ignacio, sino también para explicar las acusaciones que hizo Suárez sobre un supuesto plan B del agente del jugador para sacarle del Valladolid. “Es un problema idiomático, con el señor Suárez tampoco debió haber entendimiento por eso. Es un malentendido. Cuando yo le mando el mensaje no quería decir que Ebert o yo tuviésemos un plan B para salir, sino que había una opción B, de otro club interesado”, señaló Diricam negando la teoría del chantaje. El agente señaló que es Suárez el que debe comunicar cuántas ofertas tiene por el jugador, aunque preguntado por la cantidad que pide el Valladolid, señaló: “Esa es una cuestión entre los dos clubes que están negociando”.

Lo cierto es que los días como jugador del Valladolid de Patrick Ebert parecen haber llegado a su fin. Sólo resta saber cómo se resolverá su salida, pero después de su feo gesto, de la falta de compromiso que mostró borrándose del encuentro ante el Villarreal, y de que compañeros como Rubio y Rueda le afearan todavía más la conducta o del inmenso enfado del presidente Carlos Suárez después del partido, no parece fácil que el alemán vuelva a vestirse de corto.

De momento, ayer el jugador estaba citado a las nueve de la mañana en el vestuario y se entrenó desde las nueve y media junto a Chuchi Macón, entrenador del Juvenil A, y el preparador físico, Julio Hernando. Nada de coincidir con sus compañeros que se enteraban de que Ebert estaba apartado cuando llegaban al vestuario para el entrenamiento.

De largo. Lo cierto es que la situación generada el sábado forma parte de una partida de ajedrez que disputan desde hace mes y medio, o quizás siete meses desde que acabó la temporada pasada, Carlos Suárez y el nuevo agente del jugador. El jugador no se siente cómodo en Valladolid, no se ha adaptado y su compromiso con el equipo siempre ha estado en duda, no tanto por su rendimiento, sino por sus actitudes para con sus compañeros y respecto a su participación en partidos y entrenamientos. Su conducta no le hacía, precisamente, popular en el vestuario, al punto que fueron varios los jugadores que mostraron su malestar con el alemán tanto a Alberto Marcos, director deportivo, como al presidente, Carlos Suárez. Hay que recordar que, pese a su calidad, un equipo como el Hertha no quiso renovarlo hace dos temporadas, como tampoco lo hizo con Christian Llel, compatriota de Eber, apartado en el Levante.

Las quejas de la plantilla hicieron reflexionar a Marcos y al presidente que decidieron hace tiempo que el jugador tenía que salir, que no hacía bien en el vestuario. La diferencia es que Carlos Suárez quería sacar tajada, mientras el director deportivo lo habría soltado sin miramientos. En verano no llegó una oferta que agradara a Suárez y Caminero, director deportivo del Atlético de Madrid, que vio el partido del sábado en Zorrilla, no terminó por llevarse al jugador al Calderón. Y empezó la Liga y las cosas parecieron calmarse con apariciones estelares del alemán como en Vallecas o en Zorrilla ante el Sevilla, pero el uno seguía con la idea de salir y los otros con la de que saliera. El rumor de que el club blanquivioleta no quería a Ebert se fue propagando en este mercado de invierno y hace menos de un mes llegó a Mario Husillos, director deportivo del Málaga, que no se lo podía creer. Convencido de que la compra era posible, el conjunto de la Costa del Sol hizo una oferta: 300.000 euros y la cesión del central portugués Ferreira o del extremo zurdo Samuel. Marcos, a instancias del presidente, la rechazó.

Mientras tanto, para no devaluar el ‘producto’, desde el club se decía una y otra vez que no se quería sacar a Ebert, pero la realidad era opuesta. La postura de fuerza de Suárez, el sábado, de no rebajar “ni un céntimo” lo que pide por el alemán va dirigido a parar el golpe que supone para la cotización del jugador su actitud del sábado. Sin embargo, parece difícil que Suárez vaya a atreverse a tener a Ebert cinco meses en la grada, para que el 30 de junio se vaya libre, y con el equipo jugándose el descenso. Y mientras tanto, los rumores sobre ofertas desde Alemania no cesan: Hannover, Friburgo o Mainz 05.

La semana pasada, el teutón escribía en su cuenta de una red social que estaba ‘Focused’, centrado en inglés. Lo que no explicaba era si en el Valladolid o en montar un lío para salir del club.