Asier Riesgo recoge el testigo en el territorio de Yacine Brahimi

Granada y Osasuna arrancan la segunda vuelta con una sonrisa en la cara. Con cierta renta sobre los puestos de descenso, síntomas de crecimiento y argumentos para aspirar a convivir con la tranquilidad. El equipo de Lucas Alcaraz se congració con su afición hace una semana y su gente tiene más ganas de fiesta. El repaso al que sometió al Valladolid arrasó el recuerdo de los borrones ante Real Sociedad y Almería. Pero no es este Osasuna un equipo tan accesible y cándido como el de JIM. Cuesta más encontrarle las cosquillas. Las oraciones del técnico granadino tienen como gran protagonista a Brahimi, bandera del equipo. El argelino anda renqueante de su tobillo derecho, pero ayer ya se entrenó y todo apunta a que estará esta noche a disposición de Lucas Alcaraz, que anda también a la espera de que Piti termine de afinar su punto de mira y rompa definitivamente a meter goles. Sólo Diakhaté, lesionado y amotinado (ha pedido salir del club en este mercado invernal), impide que la calma sea completa en Granada.

Osasuna también llega crecido, en racha y con cambio de portero. La sanción de Andrés Fernández va a posibilitar el debut como titular en Liga de Asier Riesgo. Gracia ha revitalizado por completo a los navarros y les ha devuelto sus señas de identidad. Osasuna vuelve a ser un equipo que explota al máximo sus virtudes. Oriol Riera pone el remate en el conjunto rojillo, que hace de su conocimiento del oficio su mejor argumento y se maneja a las mil maravillas en multitud de registros. No escaseará la intensidad esta noche en Los Cármenes.