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ESPANYOL 4 - ALCORCÓN 2

Pizzi evita el 'Alcorconazo'

Un gol del portugués en el minuto 88 clasificó al Espanyol. El Alcorcón se adelantó en el marcador y estuvo por delante en la eliminatoria hasta el final. No hubo milagro.

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El Espanyol celebra su clasificación.
El Espanyol celebra su clasificación.Rodolfo Molina
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A solo diez minutos del final, el ‘Alcorconazo’ era palpable, casi real. Los alfareros empataban a dos en Cornellà-El Prat y obligaban al Espanyol a marcar dos goles sin apenas margen. Pero los pericos, que han hecho del sufrimiento su forma de vida desde su fundación en el año 1900, obraron en seis minutos la remontada y convirtieron la gesta del Alcorcón en un homenaje a Sergio García, el hombre del partido y del día: fue padre al mediodía (Nayra se llamará su hija), marcó el segundo y participó en los restantes tres tantos de su equipo, en su partido 100 con la camiseta del Espanyol. Aunque la autoría del 4-2 fue de Pizzi, quien evitó el 'Alcorconazo' fue don Sergio.

Y eso que tan desangelada como la grada recibió la defensa perica en el 4’ el 0-1. A Sanz, Prendes y Óscar Plano les bastaron tres toques para superar a todo el Espanyol, con un encefalograma en esa acción igual que el apellido del goleador. La jugada no solo obligaba a los pericos a anotar tres goles, sino que evidenciaba el desequilibrio en su alineación: un ataque de gala, el más atrevido de la era Aguirre, y una zaga inédita.

Pero, pese al madrugador mazazo y a que los alfareros siguieron muy bien plantados, la vanguardia blanquiazul reaccionó pronto. Lo hizo Simao, autor del empate con tanta celeridad, en el 9', como en la eliminatoria anterior ante el Jaén. Al portugués este año le va la Copa, lo que acabó de ratificar como víctima del claro penalti de Iribas, en el 22’. Sergio no falló, por mucho que Dani Giménez llegó a tocar el esférico.

El del Bon Pastor añadió a su habitual magia la hiperactividad, pues se movió con soltura y libertad entre una línea de cuatro y la punta, en la que se ubicó un Córdoba que tuvo el tercero en su testa al borde del descanso.

Antes, Ayza Gámez ya había anulado un tanto a Stuani al señalar un fuera de juego que acaso lo fue por centímetros, y perdonado la probable expulsión de Verdés, que desvió un remate con la mano, solo instantes después de haber visto una amarilla. Con todo, el Alcorcón había tenido de nuevo el pase en el 28’, cuando Pacheco obligó a exhibirse a Casilla en un tenaz contragolpe.

Tampoco en la reanudación atinó Córdoba de cabeza, pues remató alto en la misma línea de gol a pase de Sergio, ocasión clarísima, como la siguiente cabalgada del propio colombiano que desbarató Dani Giménez.

Entre el meta y el palo salió llorando en el 70’ un esférico disparado por Stuani, volcado ya el Espanyol en el área de un Alcorcón que, pese al acoso, se fue viniendo arriba. Tanto fue así que, a diez del final, Javito se plantaba ante Casilla para establecer un 2-2 que se antojaba definitivo a diez minutos del final.

Pero el Espanyol, a la desesperada, volvió a despertar rápidamente, primero con un disparo de Sidnei, cuyas excursiones al ataque fueron frecuentes, y después con dos golazos casi consecutivos, en los minutos 84 y 86, obra respectivamente de Víctor Álvarez y de Pizzi, en su primera contribución a la causa perica. Y en todos ellos, cómo no, la aportación de Sergio fue crucial.