ALMERÍA 0 - RACING 2
Segunda campanada de un Racing crecido y heroico
Machada del equipo cántabro, que se sobrepuso al 1-1 de la ida y mató al Almería en la segunda parte con goles de Mariano y Rubén Durán.
El Racing de Santander repitió el guión que interpretó en Sevilla a finales de diciembre para apear al Almería de la Copa y plantarse en los cuartos de final. Ni la incontables horas de autobús, ni los impagos ni excusas. A base de tesón y respeto los racinguistas repitieron en el Mediterráneo la lección que dieron en Nervión a un grupo de futbolistas que, si de verdad tienen un mayor nivel que el de un equipo de Segunda B, no lo demostraron. Ni de lejos.
El Racing sabía que todo pasaba por repetir la receta paso a paso. Hacer largo y desagradable el partido para el equipo que tenía ventaja y aprovechar la más mínima ocasión que tuviera. O lo que es lo mismo, que quizás no era mala idea entregar la primera parte y provocar que el Almería se confiara, como así fue. El primer acto fue aliñado con dos detalles técnicos espectaculares de Mariano y con algunos balones colgados sin peligro del Almería.
Pero en la segunda parte se puso en marcha el plan racinguista. Entrada de Koné, gol de Mariano en el 62 y de Rubén Durán en el 79. Un reloj suizo, una maquinaria perfecta que dista mucho de un equipo de Segunda B. El Almería no daba crédito. Un partido solucionado se le iba por el sumidero por no haber aprovechado sus ocasiones y no haber metido la intensidad que, por ejemplo, sí metieron Koné y Orfila para hilvanar una jugada que Mariano remató como un delantero a la antigua usanza. O el desparpajo de Rubén Durán para estar atento a un saque de banda sin aparente peligro, cazar el balón en el área y meter un golazo.
El Almería quedó noqueado. El Racing le había pasado por encima con un plan que los de Francisco tenían más que estudiado. Pero en la Copa pasan estas cosas cuando un equipo lo da todo y otro lo trata con altanería. El Racing tuvo un premio más que merecido. Y el Almería, como el Sevilla, un castigo aún más justo si cabe.