Fútbol y cine
“Era malo, me tocaba siempre pasar por debajo del futbolín”
Arturo Valls es el divo, el malo. Michelle Jenner, la heroína... Y es que los dos son ahora unos dibujos, El Grosso y Laurita, dos personajes de Futbolín a los que prestan su voz.
Arturo Valls es el divo, el malo. Michelle Jenner, la heroína... Y es que los dos son ahora unos dibujos, El Grosso y Laurita, dos personajes de Futbolín, la última de Campanella. “Cuando tienes un proyecto que lleva su firma no te lo piensas”, dice Michelle emocionada con la ternura de la historia y de su personaje, la amiga del protagonista, Amadeo. “Empezamos antes de que se estrenara en Argentina y ya notabas que era muy especial”, confiesa Valls.
A los dos les va el doblaje. Si para Valls Futbolín es la tercera vez (después de Bee Movie y Madagascar), Jenner, hija del actor Miguel Ángel Jenner (Pumba en El Rey León), a los seis años ya doblaba. Fue la voz del niño de La vida es Bella o la de Hermione Granger en las cuatro primeras películas de Harry Poter. Ahora es Laurita. Y está encantada. “Futbolín es una película bonita, divertida, que gustará a todos. Porque es para pequeños y para mayores”, dice. Arturo Valls coincide. Futbolín, el mejor plan para estas Navidades. “Es que es una película que le gusta a todos. Te garantizas acertar. Un plan para toda la familia”, asegura.
A los niños les gusta, y mucho. Él da fe. “Me gusta que es un cuento que Amadeo relata a su hijo. Que le quita la tablet. ‘Déjate de eso’, le dice. Y cuando la ves con tu hijo y ves cómo se emociona, cómo celebra los goles...”. Porque la película de Campanella, además de fútbol, “va de amor, amistad y superación”, añade. Es una historia en la que unos muñecos de futbolín, el Capi, el Loco y el Beto, cobran vida para ayudar a Amadeo, protagonista, a jugar el partido de su vida contra El Grosso, el personaje de Valls (“Soy el malo, malo...”), y ayudado por Laura, con la voz dulce de Jenner.
Para ellos, en parte, Futbolín ha sido un billete al pasado y a las tardes de recreativos. Michelle, dice, era experta en el molinillo. “Me dicen que soy tramposa. Que esa no vale. ¿Por qué no?”. Válida o no, Valls no la dominaba demasiado bien: “Yo es que era un poco malo... De los que siempre pasaban por debajo del futbolín...”. ¿Y ahora? ¿Le pasará eso también a su personaje El Grosso?