LAS PALMAS 0 - CASTILLA 2
El Castilla prolonga en Las Palmas su momento de gracia
Tercer triunfo consecutivo del filial blanco con goles de Aythami, en propia puerta, y Lucas. El público despide a los locales con una sonora pitada.
El Castilla asaltó el Gran Canaria con un gol en propia puerta de Aythami, un bello tanto de Lucas y una actuación de matrícula de honor de su portero Pacheco. El filial blanco fue muy superior a la Unión Deportiva Las Palmas y se llevó su tercer triunfo consecutivo con un 0-2 que fue incluso corto.
Que los pupilos de Díaz le iban a dar la tarde al equipo canario empezó a atisbarse bien pronto. En el 2’, De Tomás ya había mandado un balón al poste. Pese a no tener el dominio, los de Lobera replicaron en el 18’ con un misil de Nauzet que se encontró con las manos de piedra de Pacheco, en la primera de sus exhibiciones individuales.
Torró en el 25, con un gran remate de cabeza y Lucas en el 38’, después de un enorme pase al hueco de José Rodríguez, acariciaron el segundo gol. La Unión apenas respondía con algún destello de Valerón y la potencia sin control, orden ni cabeza de su nueve nigeriano Chrisantus.
Mientras, el Castilla, como los equipos con tablas, hizo bueno el factor ambiental. Enseguida se aprovechó de que el Gran Canaria empezó a pitar a su propio equipo. La afición canaria aún tiene las llagas abiertas por el 3-0 encajado la anterior jornada en Tenerife. Para colmo, Pacheco neutralizó un ataque de orgullo del equipo amarillo en el 41’ con un doble paradón antológico a Christantus en el 41’. En el 44’ le sacó otra a Nauzet. El internacional Sub-21 madridista fue un frontón para los canarios.
La segunda mitad se inició con el Castilla achuchando y dos paradas gatunas de Lizoain a De Tomás y Quini. La Unión, desbordada, acabó de arrojar la toalla con el 0-2 de Lucas, premio a la perseverancia de un filial ya reconciliado con el gol.
Los de Díaz siguen peleando con tesón por la salvación (suman 13 de los últimos 18 puntos) y dejan a Las Palmas en pleno estado depresivo, con tres derrotas consecutivas y retumbando en sus tímpanos los pitos de su propia afición...