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GRANADA 1 - SEVILLA 2

La clase de Bacca y la velocidad de Gameiro tumban al Granada

El colombiano hizo el 0-1 con un golazo de exterior y asistió al francés en el segundo. Brahimi, que hizo un gran partido, había empatado al inicio del segundo tiempo.

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La clase de Bacca y la velocidad de Gameiro tumban al Granada

Bacca está imparable. Las quiere todas. Cada uno de sus movimientos huele a gol y empieza a mostrar hechuras de inmenso delantero. La otras veces indigesta resaca del derbi amenazaba al Sevilla, pero con su gol y su asistencia a Gameiro Bacca mantiene a los de Nervión en estado de éxtasis a costa de un Granada atrevido y lucido, aunque disperso en las áreas. El Sevilla ya apunta a Europa.

Emery aceptó la invitación de Alcaraz en la previa y cedió la pelota al Granada a la espera de encontrar algún atajo hasta Roberto. Y encontró la rendija el Sevilla en un error de Murillo. El central colombiano no acertó a controlar un balón tras un saque de banda de Diogo y su compatriota Bacca aprovechó el regalo. Golpeo de exterior de manual. 0-1. El gol hizo soltar amarras al Granada, que adelantó líneas y puso en tela de juicio la solvencia defensiva de la que había presumido el Sevilla en los últimos partidos. Brahimi se erigió en el principal azote sevillista. En una de sus arrancadas desde la izquierda dejó por el camino a varios de sus rivales y su pase atrás terminó en Piti, pero Beto abortó el empate. Minutos después el portero luso hizo lo propio a zurdazo de El Arabi. Sólo midió mal una vez Beto, pero El Arabi estaba ligeramente en fuera de juego y su gol no sirvió. El Sevilla sólo fue capaz de mostrar réplica en la última jugada de la primera parte. Rakitic, tantos días salvador, falló con el estoque tras una gran subida de Diogo.

El intermedio no detuvo el ímpetu de Brahimi ni del Granada. Beto siguió acumulando trabajo y paradas. Aunque no pudo con la agudeza visual de Del Cerro Grande, que vio penalti en una suspuesta mano de Carriço. Brahimi empató y siguió con su clínic. Este Granada de Alcaraz luce buen gusto por el balón y nunca se conforma. Y tuvo el partido en las botas de Piti hasta dos veces. Primero envió a las nubes un mano a mano y luego encontró el guante derecho de Beto. Emery movió sus fichas buscando también algo más que el empate. Reforzó las bandas, donde Reyes había vuelto a desaparecer, y apostó por Gameiro. Bacca, socio perfecto para cualquiera, ganó de nuevo el duelo a Murillo, peinó un balón caído del cielo y Gameiro fusiló a Roberto ante la condescendencia de Diakhaté. Pudo hacer sangre el Sevilla en los minutos finales, pero se dio por satisfecho el equipo de Emery. Tuvo menos fútbol, sí, también a Bacca.