Levante - Villarreal
Bruno y Uche afianzan al Villarreal en la zona Champions
El Levante jugó con uno menos desde el minuto 10 de partido por la expulsión de Keylor Navas. Bruno marcó de penalti y Uche remató con dos tantos.
Ni en sus mejores deseos habría imaginado Marcelino un choque tan plácido en el Ciutat de València. Al menos tan de cara. Para empezar, las molestias de Rubén le dejaban en el banquillo de inicio. Una cosa menos de qué procuparse pensaría el técnico. A los 10 minutos se encontró con un penalti a favor y la expulsión de Keylor Navas por la absurda norma que sigue imperando en el reglamento y que no hace más que empobrecer el espectáculo. Bruno no falló adelantando al Submarino. Y por si no fuera bastante poco después Baba se tenía que retirar lesionado. Poco más podía pasar a los azulgrana ya.
Se presagiaba la descomposición progresiva de los granotas. Pero no fue para nada así. Caparrós tenía que tirar de recursos e inventos. Movía sus fichas. Probó con Diop caído en banda derecha. Rubén de falso '9'. Y aguantaron el tipo. Aunque aún en la primera mitad las mejores ocasionesfueron para los amarillos. Hernán Pérez mandó al larguero de forma acrobática un centro de Cani al filo del descanso. Y aún en el descuento sirvió otro a Bruno en una contra a la que Javi Jiménez respondió con un paradón.
Si el guión ya iba a ser más que previsible las circunstancias lo acentuaron más. El Villarreal estaba muy cómodo con la posesión mientras el Levante sabía que no quedaba otra que esperar y correr. Correr mucho. Ganas no les faltaron. No se notaba apenas la superioridad del rival. Pero todo fue para morir en la orilla. La zaga amarilla rayó la perfección ante las combativas embestidas levantinistas. Sin apretar demasiado el acelerador el Submarino pudo y debió sentenciar. La tuvo Pereira (arriba), Mario (contra Navarro), Aquino (cruzó demasiado), Cani (idem anterior)... Y así fueron perdonando ocasiones que pudieron costarle caro hasta que apareció Uche y puso el punto y final a la historia. Primero finalizando un mano a mano con Jiménez. Y terminó rematando su faena con un chilena de manual dentro del área pequeña.
El Ciutat se quedó con las ganas y empieza ya a notar el declive de un equipo al que cuando la fortuna no le ha sonreído va y engancha tres derrotas consecutivas. Tiempo para la reacción tiene. Y crédito y confianza de su gente también. Pero cuidado. Estar alerta les vendrá mejor que verse por las nubes. Ahí, precisamente, es donde se ha instalado el Submarino. Y de donde parece que no quiere salir. De momento se está mostrando como el más fuerte de los mortales. Cada día que pasa anda mejor y tiene motivos para soñar con cualquier cosa. Han vuelto pisando fuerte y no se andan con tonterías.