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La intrahistoria

Ramón Martínez llevaba un mes sin hablar nada con Alberto Toril

"Llevaba tiempo con la soga al cuello y sólo esperaban un tropiezo gordo para tener la excusa y echarlo”. Así resume el entorno de trabajo de Valdebebas el despido de Toril.

Toril fue ayer al Bernabéu a firmar su finiquito.
Chema Díaz

Llevaba tiempo con la soga al cuello y sólo esperaban un tropiezo gordo para tener la excusa y echarlo”. Así resume el entorno de trabajo de Valdebebas el despido de Alberto Toril el martes. Ramón Martínez, el responsable de la cantera, fue la opinión decisiva para fulminar del banquillo castillista al cordobés. De hecho, desde hace un mes su relación con Toril era nula. Ni le llamaba.

El dirigente de La Fábrica recelaba del éxito de Toril. Máxime cuando Florentino Pérez, en un arranque de euforia tras el octavo puesto que supuso quedar por delante del Barça B, tanteó a Toril sobre la posibilidad de ser director de la cantera. O lo que es lo mismo, invadir la parcela de Ramón Martínez. Él prefirió no adentrarse aún en un cargo de tanta responsabilidad, pero se convirtió en una amenaza.

Por eso, en los campos de Valdebebas extrañaron menos las disparatadas decisiones durante el verano de Ramón Martínez y su brazo derecho, Paco de Gracia. Como la de fichar a Antonio Rozzi a horas del cierre del mercado sin haber visto vídeos suyos ni tener un informe. Todo para tapar el error del no fichaje de Henrique. Tampoco sentó bien que Toril pidiese el retorno de Mandi, un mediocentro que el club dejó escapar al Sporting. Al final, no se fichó a ninguna de las seis peticiones de Toril y se le dio una plantilla reforzada a coste cero y con descartes de última hora del Atlético (Pulido y Cabrera). Una planificación que condenaba al Castilla al desastre.

Toril firmó ayer su finiquito en el Bernabéu a las 17:00h. y está preparando una carta de despedida para la afición que hará pública hoy. Mientras, el clima en el Castilla se corta con un cuchillo. Con los ojos del club sobre ellos, los futbolistas han preferido no comentar la destitución en las redes sociales. De hecho, la mayoría no han ‘aparecido’ desde entonces. De puertas adentro, la situación es diferente. Los pesos pesados sí hablaron ayer con su ya exentrenador. Tras la puntilla a Toril, Ramón Martínez puso al frente del Castilla a su entrenador de cámara, José Manuel Díaz, uno de los primeros técnicos que reclutó cuando volvió al club con Florentino, en 2009. Trabajador pero no dotado para la motivación (lo que necesita Castilla), ha dejado al C en el puesto 12º en el Grupo II de Segunda B tras coquetear con la zona de descenso toda la temporada...