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El partido Guinea-España llegó hasta el orfanato de Malabo

AS acompañó a Benjamín Zarandona a llevar ropa, material escolar y chucherías a Sorpresa, Alegría y otros 118 chavales al orfanato que regentan la Misioneras de María Inmaculada.

Malabo
Los niños del orfanato de las Misioneras de María Inmaculada posan con Benjamín Zarandona.

A Santiago le gusta el fútbol. A José Armando, no. Pero los dos sabían que España jugaba en Guinea Ecuatorial ante la selección de su país. Estos dos niños guineanos viven junto a otros 118 en el orfanato de Malabo. Aprovechando el viaje para cubrir el partido, varios miembros de la expedición de Mediaset llevaron ropa, juguetes y material escolar para los niños de este orfanato. As acompañó a Benjamín Zarandona, exjugador del Betis y actualmente colaborador de la Ser y Mediaset, y Juanma Castaño (Mediaset y Cope) a entregar el material. En el trayecto hubo una parada técnica en el supermercado Hermanos Martínez para adquirir un buen arsenal de chucherías, que hicieron las delicias de los pequeños que nos recibieron todos con una sonrisa y un cariño entrañable.

Una de las pequeñas se llama Sorpresa. Y otra Alegría. ¡Qué nombres más bonitos! Y el resto todos tienen nombres españoles, por aquello de la lengua común y la colonia que dejó de ser hace 45 años. Allí estaban disfrutando de los ‘flash’ (ahora pone en su envoltorio golosina líquida) y los chupa chups recién traídos los Gaspar, Enrique, Cristian, Santiago, Félix, José Armando, Marcelino, Héctor, Luis, Adrián, Concha, Mari Luz, Elisa, Alegría, Yesica y Anastasia que viven allí junto a cien críos más (85 son huérfanos y al resto o no los pueden mantener sus padres o han sido abandonados).

Hace una semana abandonaron a Benjamín en la puerta del orfanato con una nota que ponía: “No podemos más con él. Se llama Benjamín”. El pequeño ha sido rebautizado y ahora le llaman Javier, por San Francisco Javier. Vomita todo lo que come y está muy débil. Las monjas que llevan el orfanato están preparando su viaje a España para que se cure. Mientras tanto, débil, postrado en su cuna, sonríe, casi se carcajea, cuando el resto de pequeños le dicen cosas desde fuera de la cuna. Se le ve feliz a Javier. Como al resto de los chavales. Allí estudian, allí juegan, allí duermen, en unas literas y unas instalaciones perfectamente cuidadas y limpias, y allí comen buenas viandas. Ayer los más mayores sabían que jugaba España ante Guinea. Los más pequeños decían todos que les gustaba el fútbol, aunque estaban más centrados en devorar chuches. Y sólo tres llevaban camisetas de equipos de fútbol: Alicia una del Barça de Messi, Fernanda una de España blanca y Santiago una de Guinea Ecuatorial.

Del orfanato se encargan un grupo de monjas de la congregación Misioneras de María Inmaculada con la Hermana Mari Cruz al frente. Tratan a los niños con cariño maternal, solidaridad, filantropía y misericordia cristiana. Benjamín, que fue internacional absoluto por Guinea y Sub-21 por España, no quiere mayor publicidad, pero demuestra su bonhomía al preocuparse en buscar financiación para este orfanato a través de los espónsors que patrocinan su calendario solidario. Con tipos como el exfutbolista Benjamín y monjas como la Hermana Mari Cruz se recupera la confianza en el ser humano. Y con la sonrisa de Sorpresa. Y la felicidad de Alegría.