NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Televisión

“Es un orgullo para el Rayo participar en Vive Cantando”

Vive Cantando (A3, martes, 22:40) es la serie más del Rayo de la tele. Es el sitio ideal para que Paco, Trashorras, Gálvez, Lass, Míchel y Felipe cambiaran el balón por un rodaje.

Arriba: ‘Ceferino’, Sardá, Paco, ‘Mariano’, Trashorras, Felipe y Gálvez. Abajo: Lass y Míchel.
Jesús Aguilera

En el bar El Caño todo es postizo cuando se encienden las luces y los actores se van. Todo menos el Rayo. Un sentimiento que llena sus paredes y rezuma en banderas y guiones desperdigados allí y acá. Porque Vive Cantando (A3, martes, 22:40) es la serie más del Rayo de la historia de la tele y El Caño, la cancha idónea para que Paco Jémez, Trashorras, Gálvez, Lass, Míchel y Felipe cambiaran, durante unas horas, el balón por un rodaje.

“¡Ostras! Parece un barrio de verdad”, exclama Gálvez cuando el grupo pone un pie en el decorado. A un lado, cartón-piedra. Al otro, un barrio tal cual, La Gloria, cualquiera de Vallecas. “Cuando nos llamaron, no dudamos. Estamos en deuda. Lo normal hubiera sido ser del Atleti o del Madrid. Pero han elegido el Rayo y es un orgullo”, dice Paco. Su cameo se emitirá en tres semanas y, ante el Espanyol, invitará el Rayo: los actores de Vive Cantando harán el saque de honor.

“Eso para mi personaje es lo más grande”, cuenta Javier Cifrián, que interpreta a Mariano, dueño de El Caño. Para Andrés Arenas, Ceferino en la serie, hincha febril, estar con los jugadores es casi, casi “como ver a los reyes magos”. Entre ellos, el más nervioso era Trashorras. El suyo era un cameo integral: el único con frase. “Si queréis os dejo mi teléfono, por si al retirarme...”, bromeaba en el ensayo.

Tres horas y decenas de ¡Corten! después, el reverso de la tele sorprende a Paco y Gálvez. “No piensas que necesite tanto tiempo y dedicación”, dice uno. “Es muy diferente a como se ve desde casa”, asiente el otro. En plató, todo es silencio cuando se rueda. Y ellos, aunque lo de actor por un día “mola”, se quedan con la pelota y la algarabía de un estadio.