El amistoso gratis et amore de la Selección en Guinea ha roto en escándalo mundial. Desde Nueva York a París y desde Roma a Singapur, la prensa internacional cargó contra España por “aceptar un amistoso indecente”, como lo calificó la ESPN norteamericana.
Y mientras las rotativas echaban humo por todo el planeta, La Roja puso rumbo a Malabo, donde tenía previsto aterrizar a primera hora de la mañana. La incertidumbre era el sentimiento entre los jugadores, inquietos ante lo que aún podría ser peor, que el dictador Teodoro Obiang se empeñe a cualquier precio en hacerse una foto con ellos. Sería la prueba de la ignominia a la que les ha conducido una cadena de errores en la que han tenido parte de culpa la Federación, por proponerlo, y el Gobierno, por bendecirlo por medio de su secretario de Estado.Mutis por el foro. El presidente de la FEF, Ángel Villar, se ha dado cuenta de que la bomba le ha estallado en la cara. Ayer estuvo en La Rioja, donde se le preguntó la razón por la que España va a ser la primera Selección de Europa en jugar en Guinea. Hasta en dos ocasiones se negó a responder: “Lo he pensado en el coche mientras venía a Logroño y no contesto. Estoy aquí para participar en un acto fundamental en esta bonita tierra”. El acto fundamental fue inaugurar dos campos de hierba artificial junto al presidente del Gobierno riojano, Pedro Sanz. El Gobierno de Guinea sí que habló del asunto. Lo hizo Jerónimo Osa, secretario general del partido de Obiang. Osa dijo que “es aberrante que algunos políticos españoles quieran privar a nuestra población de ver aquí a los Campeones del Mundo”. El propio dictador, en un encuentro con su familiar y ministro de Deportes, Francisco Pascual Obama, aseveró que “Guinea Ecuatorial ya está acostumbrada a albergar todo tipo de huéspedes gracias, entre otras cosas, a la paz y estabilidad reinantes en el suelo patrio”. No opina lo mismo Amnistía Internacional, que acusa al sátrapa de secuestros, torturas y asesinatos. Lógicamente, esto es lo que denuncian los periódicos de todo el mundo. Dos de los más prestigiosos, los estadounidenses The New York Times y The Washington Post, se ocupan del asunto. “España bajo el fuego por su visita a Malabo” tituló el primero. El ministro de Exteriores, García-Margallo, estará al tanto de lo que dicen por allí ya que se encuentra de visita oficial en Estados Unidos, curiosamente para vender la marca España...
Y la bola no para de crecer. La Roja tiene ahora el reto de pasar por Guinea sin toparse con el dictador. Una foto con Obiang sería el acabose.