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Café, Copa y Fútbol | Alejandro Talavante

"Parecía un desastre, pero el Madrid está recuperando el sitio"

El corro de paisanos que cierra el paso asiste en silencio al solemne suceso: Alejandro Talavante, clavado en su sombra, dibuja sobre la acera una lenta verónica con el capote.

Actualizado a
Alejandro Talavante.
Pepe Andrés

¿Cuál es el equipo de fútbol más torero?

—Te puedo decir quien es el más torero de todos los futbolistas, Sergio Ramos, jugador del Real Madrid, el club de mi vida. Es un personaje especial y esencial para un equipo. Tiene un espíritu similar al de los toreros y eso lo transmite al vestuario y a la afición.

—Además, no se le da mal torear.

—Eso no se puede contar, ¿no?

—¿Por qué no?

—Bueno, yo creo que sí toreó de jovencito, dejémoslo ahí, y delante de una becerra tenía más valor y arte que muchos toreros.

—La pregunta iba por qué equipo era el más torero.

—Ah, bueno, yo soy del Madrid pero… ¡que rico está este jamón!

—¿Dónde nace tu madridismo?

—Por la herencia de mi padre, que siempre ha sido muy futbolero y muy madridista.

—¿Cuando era crío jugaba al fútbol y al toro a la vez?

—Yo jugaba en un equipo de Badajoz que se llamaba Flechas Negras y mi padre me exigía mucho y me decía que tenía que correr más. Lo que pasa es que yo era muy menudo y la mayoría de los chicos eran más fuertes y grandes que yo. Entonces le dije a mi padre que yo prefería enfrentarme a un rival que no fuera una persona, y fue cuando surgió lo del toreo. Cuando pasé a los juveniles del Badajoz decidí apuntarme a la Escuela Taurina de mi ciudad pero sentía que me faltaba valor.

—¿Cómo resolvió esa encrucijada?

—Pues como me faltaba valor para el fútbol y para el toreo pensé que algún camino tenía que escoger porque si no me tocaba estudiar duro. Y la Escuela Taurina me absorbió mucho, el ambiente, el lenguaje de los compañeros, su carácter. Todo eso me fue captando y ya no volví al fútbol.  

—Y el valor llegó solo.

—Hay algo importante, con el toro nunca pierdes, siempre se va a valorar más enfrentarte a un animal como ese. Si una persona, un futbolista, te pasa por encima parece que quedas más en evidencia.

—¿Qué sentías cuando Raúl celebraba los éxitos del Madrid toreando con el capote sobre el césped del Santiago Bernabéu?

—Yo tengo un gran recuerdo de ese capote, el capote de Toñín con el que hemos hecho las fotos, siendo un crío de cinco o seis años. Me impactó desde el primer momento y me alegraba comprobar que a un futbolista también le emocionaba el mundo del toro.

—En el Real Madrid ha habido tradición de buenos futbolistas toreros, por ejemplo, el gran Juanito.

—No le llegué a conocer pero me han contado cosas extraordinarias sobre él. Creo que le llegaron a multar por torear en un festival, y él pagó la multa tan tranquilo y orgulloso por lo que hizo. También Iker Casillas es un gran aficionado, no torea pero siempre está muy cerca de nosotros. Y también en el Atlético hay buenos aficionados.

—¿Y Mourinho le parecía torero?

—Sí, bastante. Yo creo que para el Madrid ha sido beneficioso. Creo que se le ha perdido el respeto a los títulos y pienso que no estuvo tan mal como mucha gente dice. Yo le he respetado mucho porque sé lo que siente uno cuando alguien fuera de tu oficio crítica tu forma de actuar. A mí me daría miedo y vergüenza cuestionar a un hombre con la experiencia y sabiduría que tiene él.

—Ancelotti tiene otro perfil.

—A mí me gusta también. Y creo que cuando Florentino Pérez decidió ficharle era porque el asunto estaba muy estudiado y esa decisión está por encima de cualquier opinión que no sea profesional. Y ahí está la prueba, cuando parecía que esto era un auténtico desastre el Madrid ha recuperado su sitio.

—Hay futbolistas cuya forma de jugar, de moverse por el campo, demuestran gracia torera.

—Guti era un torero, todo un artista, en sus momentos bajos y altos. Me encantaba verle jugar porque rebosaba ingenio, tenía ritmo y compás. Y Zidane, no digamos. Curro Romero decía que la ‘Redonda’ de Zidane con el balón se parecía mucho al kikirikí que él hacía con la muleta. Y luego está Özil. Me ha dado mucha pena que se marchara del Madrid. Le quedaba bastante por demostrar pero suceden cosas dentro de los equipos que resultan difíciles de entender por todo el mundo.

—Ha llegado Bale y ya está dejando su huella.

—A mí Bale me encanta y lo que me mosqueaba era que la gente, al principio, le cuestionara porque eso genera una presión innecesaria para un jugador de esa categoría. Al revés, los aficionados del Madrid deberían estar felices por tener a los mejores futbolistas del mundo y tener la ocasión de verles en directo. Por la relación que he tenido con ellos puedo decir que son superprofesionales y deben sufrir mucha presión del ambiente, y eso hace mella, igual que nos ocurre a los toreros.

—El Bernabéu es una plaza tan dura para los futbolistas como Las Ventas para los toreros.

—Es duro el Bernabéu, pero me imagino que los que tengan a favor el estadio lo deben disfrutar también muchísimo. Porque una buena noche en el Bernabéu para un futbolista es tocar la gloria, igual que cuando en Las Ventas disfrutas de una tarde grande. Lo importante es que el público dé confianza y ánimo a sus jugadores para que desplieguen todo su potencial.

—¿Ha compartido alguna vez con su amigo Sergio Ramos las sensaciones que viven un torero y un futbolista en la víspera de un gran acontecimiento?

—Normalmente me pregunta más él a mí que yo a él, porque a mí me da vergüenza y mucho respeto y a él, en cambio, le provoca curiosidad. Pero son sensaciones muy parecidas, esa noche en el hotel se te pasan muchas cosas por la cabeza.

—Pero un torero y un futbolista no afrontan la vida de la misma manera.

—Yo no sé si ser futbolista es una forma de vida, sin embargo ser torero, sí. Cuando tomas la decisión de ser torero, y lo consigues, terminas viviendo para el toreo sin darte cuenta porque te atrapa de tal manera que te hace vivir para ese oficio de forma total, en tus relaciones de amistad, profesionales, de pareja. Hay una sensación más espiritual en el mundo del toreo. Pero cuidado, porque también hay que tener en cuenta que a un futbolista de élite le arrancan de su familia muy pronto y de repente, en poco tiempo, se encuentra viviendo una vida nueva, rico y famoso, con todos los focos hacia él. Hay que ser muy fuerte para afrontar ese tipo de soledad.

—¿Qué piensa cuando ve a un futbolista exagerando el efecto de una entrada mientras que el torero se levanta sin mirarse después de la tarascada de un toro?

—Yo creo que es una cuestión de educación. Desde el principio a nosotros nos enseñan a estar delante del toro siempre, a no rehuir la lucha, a tener torería. Por eso me gusta mucho el espíritu de la Premier, donde se castiga duramente el fingimiento. De todas formas es más fácil terminar una faena con una cornada que aguantar 90 minutos con un tirón. Porque en el toreo hay que estarse quieto y cuanto menos dependas de tu cuerpo, del físico, más cerca estás de la verdad.

—¿Cómo está viviendo el mano a mano que están manteniendo en la portería del Madrid Iker y Diego?

—Son situaciones históricas y creo que a Iker no le van a tocar su carrera, sin embargo debe ser grande para Casillas que tenga ese peso en la afición  porque cuando le toque salir intentará lo máximo. Y ahí vemos cómo está respondiendo. Lo que pasa es que Diego López también me gusta. La situación es singular. Lamento que todo lo que rodea este asunto no tiene nada que ver con el fútbol y eso no me gusta.

—Su apoderado, Curro Vázquez, fue figura del toreo, ¿cree que un futbolista respeta más a un entrenador que triunfó como jugador?

—Para nosotros es sagrada la figura de un apoderado que ha sido antes grande como torero, supongo que a los futbolistas les ocurrirá lo mismo. También hay apoderados que no han triunfado como toreros y son muy buenos. Pero alguien que ha estado en el ruedo y ha vivido la gloria y el fracaso tiene más facilidades para entender al torero que después le toca dirigir. Hay momentos que sólo ellos pueden compartir.

—¿Cuáles han sido las mejores faenas sobre la hierba que ha visto componer a un equipo de fútbol?

—Bueno, yo creo que aquella época de Guardiola fue tremenda. Había tal energía y fuerza dentro de ese vestuario que parecía imposible poder con ellos. Me dio pena lo de Mourinho porque si no hubiera coincidido con ese equipo habría conseguido muchos más títulos. Yo soy del Madrid, pero disfruté mucho con ese Barça. 

—Y ahora el Atlético también está toreando fino.

—A mí el Atleti me encanta, lo digo en serio. Es el equipo torero, de verdad.

—O sea que es el equipo más torero para usted. Al principio pareció que le costaba reconocerlo.

—Bueno, pues lo digo ahora, sí, es el equipo más torero. Me gusta hasta para el Madrid porque le viene muy bien al fútbol. Me parece brutal esa seguridad, nervio y confianza que han logrado. Lo tienen todo muy bien enfocado. Además, los jugadores no tienen ninguna presión, todo cae hacia el Cholo Simeone y eso es muy bueno para el equipo.  Lo único que me da rabia del Atleti es que mis compañeros rojiblancos son muy pesados.

—¿Como quiénes?

—El Juli, por ejemplo. El otro día en la boda de un compañero se me acerca y empieza a darme la vara. “¿Cómo está el Atleti, eh?” Me insistía, y a los novios tirándoles arroz, pero él seguía… “se sale el Atleti, ¿eh?”, que si para aquí, para allá. Y yo, ¡venga Juli, que estamos en una boda, vamos a hablar de otras cosas! 

—¡Qué momento!, ¿y usted como torero cómo se encuentra ahora?

—Lo que puedo decir es que estoy ilusionado de verdad, sin duda. Para mí ha sido complicado llegar a este punto. Si hay una cosa que me define ahora es la ilusión.

—Un diagnóstico para la temporada futbolística.

—Yo creo que el Madrid va a ganar la Champions y me gustaría que el Atleti ganara la Liga porque se lo merece.