GRANADA 3 - MÁLAGA 1
Brahimi y El Arabi abusan de un Málaga sin corazón
Hat-trick del marroquí. Juanmi hizo el tanto malaguista. Willy Caballero mantuvo el partido con vida hasta la segunda parte.
Tardó. Pero a lomos de la sociedad Brahimi-El Arabi, Los Cármenes tuvo su fiesta. Fue a costa de un Málaga sin corazón. Un equipo sin identidad incapaz de encontrar argumentos sólidos sobre los que crecer. Cuatro meses después, Schuster sigue buscando el rumbo. Todo lo contrario que el Granada, que tiene plan y talento. Pero le cuesta un mundo hacer gol. Dos si el portero de enfrente es Willy Caballero. Fue el meta argentino el que mantuvo el partido con vida hasta la segunda parte. Otra vez. Y van un ciento. Primero sacó una mano de oro a Foulquier, un puñal que amargó la noche a Antunes. Luego tiró de su pie izquierdo para dejar sin gol a su amigo del alma, Buonanotte. No hay partido del Málaga en el que no le piten los oídos a Sabella.
Willy es un portero excelso, pero no Superman. Justo en el arranque de la segunda parte, un error garrafal de Angeleri le dejó indefenso. Salvó el mano a mano ante Fran Rico, pero El Arabi no perdonó. Fue entonces cuando se dejó ver el Málaga. Schuster tiró de Juanmi y un minuto después el joven malagueño exhibió su mejor virtud: marcar. Es difícil encontrar jugadores que se manejen en el área con la perspicacia y la inteligencia de Juanmi. Ahí se acabaron los cinco minutos de desmelene malaguista. Brahimi y El Arabi recogieron el guante y abusaron de la frágil defensa blanquiazul. De ahí al final, un rondo rojiblanco. Debe revisar su manual Schuster. Dista mucho su equipo de lo que aseguraba pretender este verano. Por el contrario, Alcaraz y su Granada ya vuelan alto.