ATHLETIC 2 - ELCHE 2
El Athletic roza la remontada ante un Elche transformado
Los ilicitanos llegaron a mandar 0-2 gracias a los goles de Lombán y Ñíguez, pero primero Susaeta y luego Aduriz igualaron la contienda.
El Athletic rozó su tercera remontada en el nuevo San Mamés. Con todo en contra, sacó fuerzas de flaqueza para igualar un 0-2 con goles de Susaeta y Aduriz. Beñat, que cambió el partido con su pausa, y Toquero, que marró un cabezazo sencillo, tuvieron la sentencia de un Elche que pasó del primor al pánico.
El cuadro ilicitano se plantó sin complejos. Dio un meneo de posicionamiento en toda regla al Athletic en una primera mitad primorosa. Marcó pronto Lombán en un córner, Fidel mandó un zurdazo con el exterior a la cruceta y Aarón tuvo el 0-2 en el 41 tras un jugadón colectivo. Herrerín lo evitó con una buena estirada. Había llegado el equipo de Escribá dispuesto a escribir una página gloriosa: nunca había ganado en Bilbao y quizás jamás esté más cerca. Le pesó San Mamés.
Valverde había sorprendido alineando a Toquero de nueve por Aduriz, una mala decisión sobre todo sin De Marcos detrás, porque Herrera no es mediapunta, porque tiende a organizar el juego y deja al ariete a demasiada distancia. Muniain tuvo el 1-1 nada más salir del descanso, pero Aarón cazó de inmediato un balón suelto en una grave indecisión defensiva para marcar el segundo.
El público empezó a animar, el equipo le necesitaba, y en menos de un minuto, Susaeta cazó un gran centro de Muniain para hacer el 1-2. El Athletic se desmelenó y Aduriz, que había entrado en un cambio sorprendente por el hiperactivo Muniain, mandó de cabeza a la red un córner de Beñat.
No es discutible que Txingurri diese aire a Aduriz, pero ya está demostrado hace tiempo que Toquero se pierde como única referencia. Sólo estuvo cómodo cuando se situó como segundo delantero. Si en Getafe no dio un solo minuto al ‘lehendakari’ con Aritz doblado por el esfuerzo, tenía menos sentido cargarle ayer con ese mochuelo, en una jornada con el acceso a la Champions en juego.
Escribá dictó una salida atrevida, con gran movilidad entre Gil, Aarón y Fidel, un extraordinario futbolista, y cuando apretó el Athletic, ya cerca de la media hora, ordenó un repliegue intensivo sin meter el culo en el área. Un acierto en toda regla.
Mala conciencia tenía Txingurri cuando mandó calentar a mitad del primer tiempo a Beñat, Aduriz y De Marcos. Ellos cambiarían el sentido del juego. No se sabe si por el pánico a ganar, por las dentelladas del rival o por el peso del césped, no asentado del todo, los ilicitanos sacaron la bandera blanca. Se agarraron al empate que ganó un escorzo de Botía cuando Beñat iba a romper la red.
Laporte reclamó un penalti que terminó enconando a los leones con el colegiado. El Elche respiró. Pasó del disfrute al agobio.