Pánico en el Betis y encima llega Joaquín Caparrós al Villamarín

La noche da miedo para los aficionados verdiblancos, y no hará falta recurrir al tópico de que es Halloween ni esparcir calabazas por el maltrecho césped del Villamarín. Llega Joaquín Caparrós, declarado sevillista-antibético, y lo hace en un momento delicado para el Betis, en lo deportivo (antepenúltimo, tres derrotas ligueras seguidas) y en lo mediático. La semana no ha sido especialmente benigna para la imagen de la entidad bética después de que Mel y dos de sus jugadores le abrieran el terreno de juego de la Ciudad Deportiva a un grupo de amenazantes radicales, y el entorno echa humo. Si esta noche se pierde (o no se gana), ese entrenador que tantas cosas ha hecho por el club helipolitano en los tres últimos años se pondrá por enésima vez en el disparadero. ¿Destitución? Nadie habla de ella, pero...

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 Bajas verdiblancas. La desgracia se ceba con el Betis de Mel, cuyo ataque sufre enormemente la falta de gol y que hoy pierde también a Sara, Nosa, Reyes, Paulao y posiblemente Salva. En el Levante, casi todo son sonrisas. Lo borda en los resultados, séptimo con 16 puntos, y hoy podrá mantener el bloque que goleó al Espanyol con la salvedad de Rubén, sustituido por una de las estrellas que firmaron en Orriols esta campaña, el mediapunta austríaco Ivanschitz. El Zhar y Xumetra vuelan y golea Babá Diawara, delantero cedido por el Sevilla del que también han hecho algún chiste (así es Sevilla) los béticos. Hoy, Babá asusta tanto como la coyuntura de terror que asola Heliópolis, entre otras cosas por la sonrisa a lo Michael Keaton con la que saltará Caparrós al campo.