Barcelona 2 - Real Madrid 1
Gerardo Martino ganó el Clásico y la transición es perfecta
Jordi Roura ha pasado a ser fundamental. Él, junto a los ayudantes, está acomodando la integración del Tata. La relación es excelente y el compañerismo se impone.
Nadie le discutirá a Gerardo Martino que sus números al frente del Barça son excepcionales y la victoria el pasado sábado ante el Real Madrid en el Clásico lo confirman. Son la mejor muestra. En Liga hacía mucho que no se ganaba al eterno rival y el 2-1 ha resultado ser felizmente determinante.
Heredero de la obra de Guardiola (la enfermedad de Tito le impidió a este asumir ese reto), el argentino está en plena transición y quiere hacerla de manera pausada. "Necesito pensar y conocer más al equipo para usarlos de manera justa", comentó el entrenador argentino para sorprender después: "Hasta el momento mi incidencia en el grupo está siendo mínima".
Martino, hasta este momento, más bien ha tocado pocas cosas. No es que haya una autogestión, ni mucho menos, pero sí que ha dejado que parte del equipo (Messi, Xavi, Puyol, Iniesta, Valdés y Piqué) le marcasen la senda a seguir, acoplando sus sistemas importados desde Rosario a los que habitualmente se practicaban en las sesiones del Barça.
Comenzó la pretemporada como un tiro, pero muchos dijeron que era "un futbolista para los amistosos". Este curso está siendo diferente. Alexis se ha reencontrado, se ha liberado de una autopresión que parecía bloquearle y ahora deja sello de su calidad, valorada en casi 40 millones de euros. Suma cinco goles en Liga, algunos determinantes como el del sábado, y el Tata le ha dado la titularidad en la mitad de los partidos disputados hasta el momento. Suma 482 minutos en Liga. Martino recuperó al Alexis que Bielsa le recomendó a Guardiola.