Alemania no faltará a su cita con los Mundiales. Löw y los suyos estarán en Brasil después de deshacerse de Irlanda sin forzar la máquina, con una superioridad que no deja en muy buen lugar a su rival, cuyo portero evitó una goleada escandalosa. A pesar de la fragilidad irlandesa, Alemania presentó nuevamente su candidatura al Mundial. Empezó el partido, cogió el balón Alemania y ya no lo soltó más. Con Özil a los mandos, los germanos embotellaron a Irlanda en su área. Con ese método, el gol local era cuestión de tiempo y llegó pasado el cuarto de hora, con cierta ayuda irlandesa. Lahm, que retornó el lateral, robó un balón en el centro del campo, cómo hace en su nueva posición de mediocentro con Guardiola, y cedió para Khedira, que buscó el área y chutó, con la fortuna que el disparo tropezó en Clark y acabó en la portería. Con la lata abierta, Irlanda tampoco se inmutó.
Bien armados atrás, con una línea de seis defensas a la altura del límite del área y a esperar. Si el plan le funcionó, fue ni más ni menos por Forde. El guardameta se creció y sostuvo a su equipo durante la primera parte. Un zurdazo de Muller y dos remates de Schurrle exigieron lo mejor del héroe irlandés. A Irlanda le costaba un mundo pasar del medio del campo, pero aún le llegó para dar algún susto. Justo antes del descanso, Clark cabeceó al larguero y, en el 52', Neuer casi regela el empate con una mala salida y una patada al aire, pero Stokes se precipitó a puerta vacía y falló. El bombardeo alemán no cesó y Schurrle sentenció en el 58'.
Un pase suave de Kroos, superando a toda la zaga, lo aprovechó el del Chelsea para fusilar a Forde, que seguía soportando cómo le chutaban cada dos minutos e incluso resoplaba por dos penaltis no pitados, uno por agarrón a Khedira y otro por mano tras tiro de Özil. Con el duelo liquidado y Alemania gustándose, aún quedaría tiempo para el borche de Özil. Una rápida contra tras un córner a favor de Irlanda acabó con Kroos asistiendo al exmadridista y éste picándola sobre el meta visitante.