Punto Rico y pobre

Empate justo en San Mamés entre un Athletic al que costó hincar el diente al Valencia y un rival que se encontró con un penalti, buscó un cuarto de hora el 0-2 y acabó pagando su conformismo en el tramo final. Los de Djukic dejaron de mirar a la portería de Iraizoz y estuvieron a punto de irse de vacío. Rico, tras una buena dejada de cabeza de De Marcos, rescató un punto para los leones, que siguen en Europa e invictos en su estadio. Tiene mérito haber sumado siete puntos en San Mamés tras ir perdiendo sus tres partidos.

En un partido táctico a más no poder, el primero que pescó fue el Valencia, que se limitó a defender y aprovechar errores. Después de un aviso de Jonas bien frenado por Iraizoz, Feghouli sacó partido a una entrada a destiempo de Laporte en el área. Banega mandó a la red por la escuadra el penalti. Fue una pena máxima clara, tanto o más que las cuatro que le han birlado a un Athletic al que no le sobra nada.

El Valencia salió a sentenciar tras el descanso, pero perdonaron Jonas y Barragán, tras un despiste de Saborit. Muniain, en su única aparición de fuste antes de irse a la ducha, tuvo el 1-1 en un tiro al poste y el Athletic, curiosamente, creció cuando Valverde quitó talento y metió empuje. Se habían ido Herrera, que no termina de encontrar su sitio con Txingurri, Beñat, entre cierta desaprobación del público, y después Iker, que pareció renqueante. Aduriz, que se había quedado en el banquillo dejando de nueve a De Marcos, Iturraspe y Toquero insuflaron un empuje que terminó arrinconando a los de Djukic. También el hecho de adelantar a Mikel Rico.

Susaeta cambió de banda, a la izquierda, y empezó a incomodar a Barragán hasta el punto de que Djukic recurrió a sacar a Ricardo Costa al lateral. Un centro medido del propio Susaeta al segundo palo fue cabeceado con criterio por De Marcos para que Rico, en boca de gol, se estrenase con el gol como león. A partir de ahí y hasta el final, la caldera de San Mamés empezó a echar humo. Los cambios del técnico valencianista empeoraron a su equipo, con Postiga y Canales demasiado contemplativos. Javi Fuego, con Banega ya desaparecido, no daba abasto.

Cierto es que Iraizoz se sacó dos estiradas a disparos de Jonas que mantuvieron con vida en el choque al Athletic, pero también que Guaita sufrió lo suyo en el tramo final. Aduriz tuvo el balón del partido, pero ya se sabe que anda atascado ante el gol. Para entonces, el equipo de Valverde se había dejado de medias tintas y había apelado a la heroica, lo que desordenó a su rival, que terminó pidiendo la hora.

Mucho tendrán que mejorar los dos si quieren aspirar a la golosa plaza de Champions. Empate Rico y pobre para el Valencia.