El orden contra el caos

Osasuna atraviesa por un momento muy delicado. Una victoria y seis derrotas es su peor arranque de todos los tiempos. Ni siquiera en las temporadas 1962-63 y 1993-94, las de sus últimos descensos a Segunda, había encarado tan mal las siete primeras jornadas de Liga (una victoria y un empate). Pero lo peor es que el club, otrora saneado, tranquilo y familiar, es un polvorín desde que se publicitó su presunta trampa extra de once millones de euros que, al parecer, “nadie conocía”. La deuda acumulada por lo visto anda por 69 millones de euros, 41 de ellos a la Hacienda Foral. Por mucho menos la UEFA expulsó al Málaga de la Europa League.

Se hace raro hablar de Osasuna, uno de los cuatro clubes españoles que no son Sociedad Anónima Deportiva (junto a Real Madrid, Barcelona y Athletic) protagonizando una convulsión social. Empero, el Málaga va pagando sus deudas y encontrando un equilibrio. Ahora es un club organizado y a su actual estado de serenidad contribuye que el sheikh Al-Thani, su propietario y presidente, ya no escribe chorradas en su red social favorita, el twitter.

El Málaga lleva cinco jornadas sin conocer la derrota, tres empates consecutivos fuera de casa y dos triunfos en La Rosaleda. La “media inglesa” que puso de moda Joaquín Peiró. Osasuna ha cambiado de entrenador con una premura inusual en su trayectoria. El despido de Mendilibar se masticaba antes de que empezara el campeonato. Para colmo, los navarros van a tener muchas ausencias importantes como la de Álvaro Cejudo y el Málaga, a pesar de la cortedad de su plantilla (22 fichas profesionales y dos del filial) tiene donde elegir y una bendita duda en la delantera: ¿Roque Santa Cruz? ¿El Hamdaoui? Saldrá el paraguayo.

Este duelo tiene una importancia extraordinaria. Si gana el Málaga podrá encarar con flema el parón en espera de su encuentro contra el Real Madrid; la derrota para Osasuna, que sería la séptima, sumaría, funestas consecuencias a su bloqueo actual.