Keylor Navas frena a Osasuna y Jordi Xumetra lo remata

Petróleo sacó el Levante de un Sádar poco propicio para sus intereses. Y lo hizo, por encima de todas las cosas, gracias a su estrella. Temporadas atrás la gloria era para los delanteros en Orriols pero la cosa ha cambiado. El meta está a un nivel superior y es el principal artífice de los 10 puntos que habitan en el casillero granota. Osasuna hizo todo para ganar, pero se encontró con un muro imposible de derribar. Se nota la mano de Gracia pero sobre el campo hacen falta más cosas. En este caso, acierto.

Entretenida estuvo la primera mitad donde el costarricense marcó su territorio y terminó haciéndolo infranqueable. Empezó con un paradón a cabezazo de Oriol Riera que antes había marrado otra buena ocasión pegando mordido al balón. El Levante, entre maniatado por los rojillos y sin demasiada frescura e ideas, no asomaba mucho por el área de Andrés. Al menos la primera hora donde Navas volvió a volar de palo a palo para sacar un cañonazo a bocajarro de Armenteros. Y aún tendría otra salvadora aparición el tico escupiendo un chut de fuera del área que Oriol no supo acertar en el rechazo. Los de Caparrós aguantaban el chaparrón y justo al filo del descanso empezó el otro recital, el de Babá, que marró el primer mano a mano sólo ante Andrés.

El oscurantismo del senegalés también se fue multiplicando. Marcó al poco de empezar el segundo acto, pero en fuera de juego, al menos para Teixeira. Antes Rubén no supo empujar un pase de la muerte. Osasuna quería mandar pero se encontraba con el batallador conjunto de Caparrós. Keylor seguía a lo suyo y respondía a un remate de Loties tras un córner. Pero esta vez el verdadero peligro volvía a estar en el otro área donde Babá no podía con Andrés. Lo intentó de vaselina, y tampoco. Y por una vez que lo tumbó apareció Loties para sacar un balón que ya entraba en la portería.

Se auguraba un final donde cualquiera podía salir victorioso. Fue el palo, de hecho, el que evitó que la balanza cayera del lado visitante al rechazar un cabezazo de Simao. A la cruceta. Los técnicos movían sus fichas buscando el movimiento maestro que les hiciera ganar la partida. Y terminó cayendo del lado azulgrana. Penalti riguroso y que no se suele pitar en muchas áreas cobrado por el colegiado que tampoco Diop supo resolver, pero ahí estaba Xumetra para el rechazo y firmar el asalto al Sádar dejando, de paso, a los pamplonicas muy tocados.