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VILLARREAL 2 - ESPANYOL 1

Cani mantiene al Villarreal en lo alto a costa del Espanyol

Se puso por delante con un gol de Perbet a los 30 segundos. Pereira hizo el 2-0 tras otro regalo de Cani. El Espanyol vivió de Casilla y soñó tras una obra de arte de Sergio.

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El Villarreal celebra un gol
El Villarreal celebra un gol JOSE JORDANAFP

El Villarreal de Marcelino no soba pero muerde. Avisado estaba el Espanyol y no supo plasmarlo en el tapete. El equipo local demostró orgulloso ante la otra revelación que ha actualizado con unas pinceladas al Submarino que recordábamos. La competitividad sigue intacta. La gran diferencia con aquel equipo que triunfó es que donde se acumulaban mediapuntas ahora hay flechas. Esta versión toca menos y machaca más. No domina pero arrasa. Por eso está en Champions e invicto, distanciándose de un Espanyol al que le costó despertar con tanto cambio (8).

El Villarreal basó su juego en la presión y la carrera, con Bruno pareciéndose cada vez más a Busquets y con una medular solidaria. Mandó de salida con un gol a los 30 segundos y finiquitó al equipo de Aguirre cuando mejor reaccionaba. Cani regaló los dos pases. El primero a Perbet. El decisivo a Pereira.

El Espanyol cayó de pie tras salir dormido y tardar demasiado en confiar en sus virtudes. El trivote le dio seguridad pero le restó mando y agilidad. Vivió de las paradas de Casilla, genial en el mano a mano, y soñó tras una obra de arte de Sergio García. El ariete controló un balón en el área con la misma calidad y decisión con la que lo mandó junto al palo.

Cierto es que el Espanyol tuvo el balón en el primer tiempo aunque fue el Villarreal quien puso las ideas. Al madrugador gol de Perbet se unieron después dos arrancadas de Giovani sin claridad en la definición y un zambombazo de Pina desde la frontal. En todas estas amenazas, Casilla fue un muro. El portero fue el mejor de su equipo, demostrando que el gran nivel de arqueros que tiene la Liga no se resume a los chicos de Del Bosque. Con tanta intensidad en contra, al Espanyol sólo le quedó refugiarse en su poblado centro del campo (trivote) para aferrarse al talento de Lanza y Clerc. A Raúl Rodríguez le costó imponerse y ni Álex ni Abraham lograron asociarse al delantero.

Aguirre tuvo que cambiar de piezas y el Espanyol lo agradeció. Borró del mapa por momentos al Villarreal (tiró más) a base de igualar el nervio y de aprovechar la superioridad por el centro para tocar y desbordar. Víctor Sánchez aportó criterio y Stuani, veneno. El Villarreal confió su suerte a la contra, donde Cani, más afilado y rápido que nunca, es una catapulta para Giovani y compañía. Thievy avisó en el 60’. Marcelino reaccionó de inmediato y dotó a su equipo del aire que le faltaba. Con Pereira y Aquino regresó el equilibrio.

Gracias a él, el Villarreal se vino de nuevo arriba y pareció matar al Espanyol a la contra. Una buena internada de Cani por la izquierda acabó con un pase de la muerte que no tuvo más que empujar Pereira a placer. El hábil delantero no se conformó y pudo sentenciar. Falló con la muleta. El Espanyol no desaprovechó la amabilidad y en una jugada aislada de Sergio García puso la emoción. Su control fue de genio; su derechazo de tronío. No bastó. Este Villarreal es de hormigón.