Athletic
Terapia de grupo y mosqueo por los penaltis no pitados
Txingurri hizo terapia de grupo a pie de césped con sus jugadores en Lezama: había que recuperarse en tiempo récord, porque el partido del Betis está encima.
El Athletic estaba ayer muy dolido. Nadie se explica cómo pudo ser que el equipo se viniese abajo en el comienzo de la segunda parte ante un Espanyol que es un libro abierto. Salieron avisados de la charla con Valverde en la caseta: no se podían dejar sorprender en el inicio de la segunda parte. Se intercambiaron los papeles: los periquitos fueron leones y viceversa. Los de Aguirre recuperaron 92 balones por sólo 70 de los rojiblancos.
Txingurri hizo terapia de grupo a pie de césped con sus jugadores en Lezama: había que recuperarse en tiempo récord, porque el partido del Betis está encima. Sólo atempera el mal juego la queja por los arbitrajes. San José fue claro: "A nosotros nos castigan fácil, al contrario no pasa"
El Athletic lleva tiempo sin ser respetado en el área por los colegiados. Y la situación ya empieza a ser preocupante. Se repite la indefensión de la pasada temporada, en la que al equipo entrenado por Bielsa sólo le señalaron dos penas máximas a favor en todo el campeonato por seis en contra. Un guarismo sólo superior al de Osasuna, con un penalti a favor en 38 partidos.
Apenas han hecho falta cinco jornadas para confirmar que la tendencia es la misma. Los rivales han cometido tres infracciones clarísimas dentro del área y los árbitros han mirado para otra parte. La primera fue en el Bernabéu, cuando Ramos derribó a Susaeta dentro del área en el minuto 80 con 3-1 y Clos Gómez miró para otro lado.
En el estreno de San Mamés, mucho antes de que Gil Manzano señalase la pena máxima de Iago Herrerín a Nolito, Rafinha desvió con la mano un saque de falta de Beñat dentro del área. Otra omisión arbitral con 0-0 en el marcador que no pasó a mayores porque el Athletic ganó 3-2 al Celta.
Lo de Cornellà fue más clamoroso: Aduriz cabeceó el primer balón colgado al área del Espanyol y Colotto lo interceptó con la mano separada del cuerpo a seis metros del colegiado, Martínez Munuera.
Fue, además, muy permisivo con la dureza del Espanyol. Cometió cuatro faltas más que el Athletic, varias de ellas reiteradas sobre Muniain, y sacó las mismas tarjetas amarillas, dos. Javi López, la sombra del navarro, se fue limpio del encuentro con un puñado de infracciones.
Otra estrategia. Bielsa no acostumbraba a protestar en público la labor arbitral, pero Valverde, quizás para tratar de frenar el atropello, lo hizo anoche con sutileza. "Si nos pitan algún penalti claro, mejor", se arrancó antes de profundizar en su reflexión. "Lo he dicho de refilón porque no me gusta hablar de esas cosas, el árbitro tiene que hacer su labor y no está bien que venga a hablar de una mano. Es cierto que nos hubiese venido bien, íbamos 0-0", argumentó el técnico.