Valencia
Fede se convierte en todo un "sagrado" para Miroslav Djukic
El argentino deslumbró y ya es la nueva esperanza valencianista. Ante el Seviila hizo un partidazo, faltó el gol pero asistió a Jonas y desquició a los rivales con su descaro.
Si importantes fueron los tres puntos logrados ante el Sevilla, la mayor alegría que se llevó el pasado domingo la afición de Mestalla es la explosión de Fede Cartabia. El canterano, tras las buenas sensaciones que dejó en la pretemporada, ya es una realidad y, como aseguró el propio Djukic tras el choque, "tiene vía libre para seguir creciendo y demostrando lo que vale". Mucho futuro por delante, pero siempre con los pies en el suelo.
La aparición de Fede llega en el mejor momento posible. Ante el Sevilla disfrutó, pero él no se conforma. Le faltó quizá el gol, que tuvo en la primera mitad, tras un rechazo del portero que no eligió bien a darle de primera. Luego, lo intentó, en el segundo acto, con una vaselina que habría puesto Mestalla en pie. Pero no todo es el gol. Su asistencia a Jonas y el descaro mostrado en todo momento (que desquició incluso a varios sevillistas) sirven, de sobra, para aventurar un prometedor futuro. Djukic aseguró en la previa que este choque era para jugadores "sagrados y con experiencia". Y apostó por el argentino. No quiere decir esto que se convierta en fijo pero sí que aprovechó para subir dos o tres escalones más en su carrera.
Otro 'nuevo Messi' que rechazaron en La Masía
Hablar de Fede es hablar de otro 'nuevo Messi', sabiendo que nunca llegará a la altura de su compatriota (eso dice la teoría) pero que ojalá no se quede a mitad camino como muchos que se ganaron ese apodo como flor de un día. Casualidades de la vida, Rosario vio a nacer a ambos que comparten ciudad natal además de varias semejanzas futbolísticas (siempre salvando las distancias). Y casualmente también el Barcelona fue el primer club que les dio la oportunidad de dar el salto a Europa. Eso sí, el ahora valencianista se quedó a las puertas de La Masía cuando le rechazaron tras un periodo de prueba. Fue entonces cuando apareció la figura de un viejo conocido de ambos lados, Juan Antonio Pizzi, quien le consiguió un sitio en la cantera valencianista. Tenía entonces sólo 13 años. Tras varias cesiones a equipos de la Comunidad (una de ellas al Torrelevante donde coincidió con un hijo de Djukic) llega su momento cumbre. Un tren que suele pasar sólo una vez en la vida. Por ahora lo ha cogido, va de pasajero hacia la gloria, pero aún con muchas paradas por delante. Su explosión aceleró la reacción.