El equipo rojiblanco alucina ya con la olla del nuevo San Mamés

Ya queda muy poco para el estreno más esperado, un siglo después de ver la luz La Catedral. Las brigadas de limpieza se afanaban ayer para hacer que reluzca San Mamés, el campo de los sueños rojiblancos de los próximos cien años. "Es un partido histórico y lo queremos ganar. El resultado quedará para la historia y trataremos de llevárnoslo", reiteraba ayer Iraola, uno de los capitanes, aunque el honor de portar el brazalete lo dejará en el brazo de Gurpegui.

El equipo ya ha hablado en la caseta sobre qué portería abordará en primer lugar. Valverde tiene la última palabra. Se intenta dejar al portero contrario en la zona construida en la segunda parte, para meterle más presión. Pero no se hace público para no dar pistas al contrario. Y luego está la incógnita de quién hará el primer gol. "Esperemos que sea un jugador del Athletic", insistía el usurbildarra.

El público congregado el viernes tuvo dos arranques para animar, también a modo de ensayo. Eran diez mil y se escuchó como si hubiese el triple. "Ya habíamos entrenado antes; el estadio cambia, al ser más de noche y con toda la gente. Es muy bonito, me llamó la atención la sonoridad, se escucha muchísimo a la gente en cuanto el público empieza a animar por temas acústicos se va a escuchar mucho desde el campo y estamos encantados. En cuanto a metros, por temas de seguridad, está más lejos, pero jugando la sensación es que está muy encima, es vertical pero lo notas próximo", prosiguió Iraola.

Motivados. El internacional argentino Augusto Fernández subrayó la excitación con la que viene el Celta: "Estrenar el nuevo San Mamés es una motivación más para realizar un buen partido", El centrocampista internacional danés Krohn-Dehli será baja definitiva, por una elongación muscular que arrastra en el adductor de la pierna derecha.