Sevilla
Marko Marin enamora a la afición del Sevilla en tres días
El jugador alemán, cedido por el Chelsea, es la nueva gran estrella del Sevilla. Con dos partidos jugados en Europa y uno en Liga como local, la grada sevillista ya grita su nombre.
El Sevilla tiene un nuevo Santo al que rezarle. Marko Marin, con tres partidos en el Sánchez Pizjuán, ha sabido demostrar que es un jugador de una calidad rara vez vista en Nervión. De menuda estatura, el alemán es un mediapunta eléctrico, con un regate al puro estilo Iniesta o Messi, cambiándosela de pierna para desequilibrar y regateando con el cuerpo y la mirada. Los defensas del Slask no pudieron taponarle en la noche europea del jueves. Fue la antorcha de un Sevilla con más sombras que luces. Marin, en principio, ha llegado para estar un solo año con la camiseta sevillista. Un año para que los aficionados al fútbol graben a fuego el nombre del Messi alemán.
Este apodo se le colocó en su país de adopción, es bosnio de nacimiento, cuando empezó a despuntar en el Borussia Moenchengladbach. De hecho fue a la preselección de la selección alemana con sólo 19 años. Al siguiente verano fue el Werder Bremen el que apostó fuerte por él. Con Özil formó una de las mejores parejas del fútbol alemán y europeo.
Emery ha comentado que este Marin le recuerda al que ya se enfrentó cuando entrenaba al Valencia. Fue el 18 de marzo de 2010. Marin hizo un gol y el Valencia pasó de ronda. Pero a Emery no se le olvidó la cara del pequeño 10 del Bremen. Ahora tiene la suerte de disfrutarlo a sus órdenes en el Sevilla. El internacional germano, junto a Rakitic, son los faros de un equipo aún por hacer. Ha empezado con fortuna anotadora, sin ser su mayor virtud. Marko Marin, un regalo de Reyes adelantado para los sevillistas. Y para los aficionados al fútbol en general.