Atlético de Madrid
David Villa recupera la felicidad como jugador en el Atlético
El asturiano se ha sentido muy arropado en su nuevo destino tanto por el cuerpo técnico como por el vestuario, lo que le ha llevado a una rápida adaptación al equipo.
Villa ha llegado al Atlético con ganas de comerse el mundo. Desde su llegada, cuerpo técnico y jugadores no han parado de repetirlo: "Se ve que tiene hambre". Hambre de triunfar con los rojiblancos y de volver a su mejor versión. Y es que el Guaje ha recuperado la sonrisa en el club rojiblanco. Una de las claves de su resurgimiento hay que buscarla en el banquillo. El punta está entusiasmado con Simeone. Lleva menos de un mes trabajando a sus órdenes, pero ha sido tiempo más que suficiente para conocer al entrenador. A Villa le ha llamado la atención su intensidad en cada sesión, los entrenamientos individualizados y la preparación física de la plantilla. Gracias a la confianza del técnico su adaptación ha sido fácil y rápida.
Otra clave de su felicidad está en el vestuario. Los rojiblancos le acogieron desde el principio con los brazos abiertos y en cada entrenamiento es evidente la buena sintonía que ya existe entre el punta y sus nuevos compañeros. A tenor de las fotos colgadas por los futbolistas en las diferentes redes sociales se le puede ver muy a gusto en compañía de jugadores españoles como Juanfran, Adrián, Raúl García o Koke. Además, su primer compañero de habitación en el Atleti fue Óliver y la conexión entre la experiencia de uno y la juventud de otro fue inmediata.
Además del afecto de cuerpo técnico y jugadores, a Villa también le ha llamado la atención la grandeza del Atlético. El día de su presentación ya pudo vivir una pequeña muestra con los 20.000 rojiblancos que fueron a verle al Calderón, con invasión de campo incluida. Después lo siguió comprobando en Los Ángeles de San Rafael, donde la Villamanía continuó.
Mundial. Todos estos aspectos de su nueva vida en Madrid le han llevado a la conclusión de que la decisión de ir al Atlético es una de las mejores que ha tomado en su carrera. En el club del Manzanares podrá disputar Champions y recuperar su mejor nivel. Un nivel que es fundamental para cumplir con uno de sus objetivos de la temporada: volver a ir con la Selección y participar en el Mundial. La cita de Brasil es un acontecimiento marcado en su calendario, ya que por entonces tendrá 32 años y puede ser una de sus últimas oportunidades de participar en un gran acontecimiento de selecciones.
Los datos de las últimas diez temporadas avalan el fichaje de Villa. Una media de veintiún goles que es la garantía realizadora que necesita el Atlético para estar en la zona alta de la clasificación. Pero el Guaje también marcará las diferencias por su experiencia y por su integración a los esquemas de Simeone. Ha asumido su papel de icono rojiblanco, pero desde la humildad y por eso respetó el número de Adrián cuando llegó al Calderón. Y sus camisetas ya se han convertido en las más vendidas del verano.
Para Villa el reto es importante. Hacer olvidar al Kun, Forlán y Falcao es algo que no está al alcance de cualquiera. Las comparaciones van a ser inevitables, pero siempre ha sacado petróleo en todos sus equipos. La guinda que necesita para que su rendimiento suba aún más enteros es tener un lanzador de lujo. Si al final no llega un fichaje, Óliver y Arda tienen que ser sus mejores aliados para estar luchando entre los máximos goleadores como el pistolero de lujo que es. Ya ante Las Palmas demostró que tiene el punto de mira en condiciones con un derechazo espléndido. La Champions y el Mundial son sus grandes retos.
Vivirá en la urbanización La Finca
Villa lleva poco más de un mes en el Atlético, pero ya está plenamente adaptado a su nuevo club y a la vida en Madrid, su nueva ciudad de residencia. El Guaje, al igual que otras estrellas futbolísticas, ha elegido la exclusiva urbanización de La Finca (en el término municipal de Pozuelo de Alarcón y a pocos kilómetros de la capital) para fijar su residencia. Allí vivirá junto a su mujer (Patricia González) y sus tres hijos: Zaida, Olalla y el pequeño Luca, de seis meses. A las dos más mayores ya se las pudo ver muy contentas en la presentación del punta en el Calderón, llevando camisetas con el dorsal "Papi".