ATHLETIC
Iban Zubiaurre pone fin a su calvario de nueve años
En ocho años, ha jugado cuatro partidos oficiales de rojiblanco, sólo uno completo. Iraola siempre le restó opciones. Su nuevo destino, el Racing de Santander.
Acaba el capítulo más estrámbotico en la historia del Athletic. Iban Zubiaurre puso fin a un calvario que se ha prolongado durante ocho años, tras firmar para las dos próximas temporadas por un Racing que aún no tiene destino competitivo. Lo más probable es que milite en Segunda B. El club montañés está en plena transformación y en ese destino plagado de inestabilidad va a buscar el lateral de Mendaro justo lo contrario: la serenidad tras casi una década de zozobra. Hace diez días alcanzó un acuerdo con Ibaigane para finiquitar el último año de contrato que les unía y vuela por fin libre de una atadura que le provocó secuelas físicas y anímicas.
Zubiaurre firmó por la mañana con el Racing y por la tarde ya se ejercitó en Santander. Era el club que más interés había mostrado y le proponía un vínculo lo suficientemente largo para no agobiarse desde el primer día. Además, estará cerca de casa, algo prioritario. Tanto el lateral de Mendaro como el Athletic eran conscientes de que una nueva cesión no tenía sentido, ya que sólo le restaba un año de contrato y el club rojiblanco no contaba con él.
Tres cesiones. Los flecos fiscales dilataron el asunto, pero una vez que se le concedió gran parte de la ficha que le restaba, quedó libre. Era un tema que ardía en la mesa de Ibaigane y se ha solventado con sigilo y éxito. Tras sus experiencias en Elche, Albacete y Salamanca, el lateral guipuzcoano quería sentirse futbolista donde fuera. La última experiencia en la ciudad charra, antes de su desaparición, fue positiva para él.
Ningún entrenador le concedió ningún voto de confianza en Lezama. Zubiaurre (30 años) pasa a la historia como protagonista de una rocambolesca contratación que arranca en junio de 2005. Rubricó un fichaje larguísimo de nueve años, que supuso la condena judicial del pago de cinco millones de euros por parte del Athletic a la Real por saltarse los cauces legales, y romper el contrato que el zaguero tenía aún en vigor en Donostia, ya que aunque finalizaba su vínculación, el club txuri-urdin ejecutó, unilateralmente, una cláusula de ampliación estipulada por una temporada más.
El Athletic se había quedado prendado con las cualidades del chaval, que había despuntado en la cantera de la Real y se asentó como titular en el lateral derecho en la parte final de la campaña 2004-05.
Zubiaurre esgrimió que había recibido la promesa de Roberto Olabe, director deportivo de la Real, de que el club no se opondría a su marcha, y entonces negoció su fichaje con el Athletic. Pero en la entidad de Anoeta entró una nueva directiva, con Miguel Fuentes al frente, y todo empezó a enredarse. La Real se remitió a la cláusula de 30 millones.
La Cultural de Durango se ofreció como destino del chico hasta que se solucionase el conflicto. El caso Zubiaurre se sustanció en cinco kilos, aumentados en 900.000 euros más por los intereses. Iraola fue un tapón para él. En todo este tiempo ha jugado cuatro partidos oficiales de rojiblanco: dos de Liga, uno de Copa y otro de UEFA, y completos, solo uno, en Getafe en 2007.