El perfil
Zlatan Ibrahimovic, un excéntrico con un talento descomunal
El delantero sueco ha sido Pichichi en Italia (2009 y 2012) y Francia (2013) y además ha movido 170,6 millones de euros en traspasos, superando a Anelka (127) y Crespo (121). MLS en vivo: LA Galaxy vs Dallas FC
Era un salvaje, un lunático, no podía controlar mi mal humor". Así define Zlatan Ibrahimovic (1981) su niñez en Rosengård, un barrio marginal de Malmö. Su padre, Sefik (bosnio), quería que fuera boxeador, como su tío Sabahudim. Pero a los dos años del nacimiento de Zlatan, su madre, Jurka (croata), se separó de Sefik. Tuvo que lidiar en casa con problemas de alcohol debido a las secuelas que dejó la guerra a su padre. Su manera de rebelarse fue robando bicicletas y desvalijando coches. Su primer deporte fue el taekwondo (es cinturón negro), pero las patadas que le salvaron fueron las que dio a un balón. Eso sí, su carácter se ha mantenido indomable. "Solo Dios puede juzgarme", luce en uno de sus tatuajes.
Inició su carrera en el Malmö (1999-01). "Es un chico problemático. Se cree una estrella pero todavía no lo es", protestaba Mattison, su capitán por entonces. Aun así, Wenger le quería probar en el Arsenal. Pero el futbolista se negó: "Yo no hago pruebas para fichar por ningún equipo". Le cazó el Ajax en 2001 por 7,8 millones de euros. Deslumbró allí tres años y levantó dos Eredivisie, una Copa y una Supercopa. Pero también inició su historial de cortocircuitos: su salida del Ajax estuvo precedida por un enfrentamiento con Van der Vaart.
Aterrizó en la Juve en 2004 por 25 millones de euros. Se pegó con su compañero Zebina, pero congenió bien con Capello. En verano de 2006, con el Moggigate, fue traspasado al Inter por 24,8 millones de euros. Logró tres Scudetto (uno con Mou, al que elogia) y dos Supercopas. Luego, el Barça se hizo con sus servicios por 69,5 millones de euros. Se topó con Pep, al que llamó "filósofo". Estalló contra él tras un partido ante el Villarreal. "No tienes huevos. Te cagas con Mourinho. Vete a tomar por el culo", le dijo. Se fue a Milán por 24 millones, con una Liga y una Supercopa que ni celebró. Recomendó "cerrar la boca a Sacchi" nada más llegar y después se peleó "a muerte" con Onyewu. Conquistó otro Scudetto y el PSG le reclutó en 2012 por 21 millones. Con Carletto ("es el entrenador perfecto") firmó el mejor registro goleador de su carrera (35). Aunque nada más llegar reclamó el dorsal 10 a Nené (meses después se exilió en Qatar) y en un descanso le dijo a un compañero: "Mi hijo juega mejor que tú". No obstante, sus polémicas no hacen olvidar sus espectaculares goles, como la chilena de 25 metros ante Inglaterra en 2012, o tantos con la espuela como el que le hizo a Italia en la Euro 2004. Ha sido Pichichi en Italia (2009 y 2012) y Francia (2013) y ha movido 170,6 millones de euros en traspasos, superando a Anelka (127) y Crespo (121).