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LA ENTREVISTA

"Me hace gracia la de chorradas que se suelen decir en el fútbol"

A Gabino Diego le aconsejaron sus compañeros de equipo que se hiciera camillero por su manera cándida de entender el fútbol. Actor, humorista y cantante, es del Athletic.

Gabino Diego dice parecerse a Muniain.
Carlos Martínez

Tenemos entendido que es usted un gran seguidor del Athletic de Bilbao.

Yo siempre he dicho que si he sido de algún club, ese ha sido el Athletic. Llegué a tener el uniforme y le tengo mucho cariño. Llegué a conseguir un autógrafo del gran Iribar.

¿Cómo fue eso?

Fue en Madrid. Salí del cine Fuencarral y él estaba comiendo en un restaurante. Venciendo la timidez, me acerqué temblando y le pedí que me firmara en una servilleta. Era tan alto que imponía, pero fue muy cordial y me trató muy bien.

Además es usted clavadito a Iker Muniain. 

No, él se parece a mí y no yo a él. Que para eso soy mayor.

Pero siendo usted de Madrid, ¿cómo le dio por hacerse del Athletic?

Es que mi hermano era del Athetic también, y como era el mayor pues yo le imitaba. Un día se me ocurrió preguntarle: ¿Por qué hay que ser del Athletic? Y él me contestó muy serio: "Porque gana siempre".

Eso de que ganaba siempre  

Sí, era en los años setenta. Ganó varias Ligas. 

No, perdone, pero en los años setenta el Athletic no ganó ninguna Liga. Fue más tarde, en los ochenta y sin Iribar. Y perdone que insista, pero siendo de aquí, ¿no le hacía tilín el Atleti que tiene la misma camiseta?

De eso nada, que el Athletic tiene los pantalones negros.

¿Y comparte la filosofía de sólo fichar jugadores vascos?

Me parece muy honesto. Aunque yo ampliaría un poquito más. Por ejemplo, Llorente era de Logroño.

Sí, como sigan así van a llegar hasta Toledo.

Pues me parece muy bien que se amplíe el cupo y así si yo algún día quiero jugar, que también me dejen.

¿Ha jugado usted al fútbol?

Sí. Cuando yo jugaba al fútbol a mí lo que me gustaba era el buen rollo. Es decir que cuando se caía alguien, ayudarle a levantarse. Porque yo, que era muy patoso, daba muchas patadas y entonces me disculpaba. Pero cuando le ayudaba a levantarse, el otro salía corriendo y metía un gol. Y los de mi equipo me echaban la bronca y me decían: 'Gabino, métete a camillero'. Aunque ya de mayor un día Pedro Ruiz me dijo que era muy luchador. Y eso sí que me gustó. A mí siempre me ha parecido que el fútbol debe ser algo que sirva para hacernos mejores.

De todas formas hay mucha triquiñuela y mucho teatro.

Sí, eso es verdad. Hay mucho teatro en el fútbol y eso es algo que yo quitaría. Al que hiciera teatro lo echaba. Hay que ser más legal y a veces los jugadores no dan buen ejemplo. Y luego, por otra parte, lo que me hace mucha gracia es la cantidad de tiempo que dedica la Prensa a hablar de un partido como el Madrid-Barça, que se tiran cinco días antes mareando la perdiz. Y siempre aparece un argentino de comentarista diciendo: "Bueno yo pienso que los dos equipos se juegan musho. Pienso que van a salir atacando". Me hace mucha gracia la cantidad de chorradas que se dicen en el fútbol.

¿Qué es lo que más le molesta de las actuaciones de los futbolistas?

Me parece fatal cuando se escupen. Si quieren escupir que escupan, pero no entre ellos. A mí me han contado futbolistas que mientras están esperando un córner un delantero le escupe a un defensa para ver si este le empuja y le hace penalti. Insisto en que los futbolistas deben dar ejemplo porque hay mucha gente viéndoles.

¿Algún futbolista ejemplar?

Para mí Raúl ha sido siempre un ejemplo de lucha, de abnegación. Igual que Rafa Nadal. Son deportistas que dan una imagen estupenda para los más jóvenes. Otra persona que me parece que está dando un ejemplo maravilloso es Vicente del Bosque: de humildad, de talento y de todo lo que se tiene que ser en la vida.

A pesar del tropiezo con Brasil, está usted también entregado con nuestra Selección, suponemos.

El partido de Brasil no pude verlo. Pero sí, hay que reconocer que nos ha dado muchas satisfacciones y eso hay que agradecérselo. Nos ha hecho sentir que los españoles cuando queremos podemos ser los más grandes. Reconozco que me sale la vena española y además en estos momentos que, desde Europa, nos dicen que lo hacemos todo tan mal, ver que nuestros deportistas se organizan y lo hacen tan bien, pues me alegra mucho.

Ya nos ha hablado de sus problemas con el fútbol, ¿le ha gustado algún otro deporte?

Siempre me ha gustado mucho la natación y el atletismo. Fui fan de Mark Spitz y con doce años corrí el primer Maratón Popular de Madrid. Tardé cinco horas y media. Un día se lo conté a Martín Fiz y me dijo: "Eso sí que tiene mérito. Estar cinco horas corriendo por la carretera. Nosotros estamos poco más de dos".

Oiga, y cuando jugaba los partidos de artistas contra toreros y saltaba a un campo como el Vicente Calderón, ¿sintió algo especial?

Nunca he jugado en el Vicente Calderón. Lo hicimos en el campo del Getafe. Y debo decir que sí, que me impresionaba. Yo he actuado en el Teatro de Mérida delante de cuatro mil personas y siempre pensaba lo que debe ser hacer una representación frente a cuarenta mil. E imagínate que muchos de ellos te están insultando. Hay que tener una fortaleza mental increíble.

Y si usted fuera entrenador, ¿cuál sería su estilo de juego?

Yo haría el juego que decía nuestro amigo Perico Beltrán: "Dominar el centro del campo, la línea medular alimentando de balones a la delantera, abrir el juego por las alas e intentar tener siempre al portero adelantado". Eso lo decía Pedro, que odiaba el fútbol. Y lo decía en los bares y la gente comentaba: "Tiene usted toda la razón".

¿Y cuando está en el teatro a la misma hora de un partido de Champions o de la Selección, cómo cambia el patio de butacas?

Me acuerdo una final de la Champions en la que estaba actuando en Valencia. Me dieron esa fecha porque por lo visto Concha Velasco no quería esa semana. Y la verdad es que no nos fue mal. Había, sobre todo, mucha mujer. Pero vamos, en un gran partido cambia. En una final de Mundial no me gustaría ser empresario teatral.

¿Cómo se vive una noche de gran partido sobre el escenario?

Tenía un compañero que era muy madridista y mientras hacíamos la función escuchaba el partido por la radio. Tenía que recitar una frase que decía: "Estaba a 250 kilómetros de Londres" y si el Madrid había marcado dos goles, entonces decía: "Estaba a 252 kilómetros". Y así nos enterábamos todos.   

¿Sabía usted que a Benzema le llaman 'monsieur pasmado', 'el Gabino Diego del fútbol español'?

No lo sabía, pero me encantaría cobrar lo que cobra él. Me quedo pasmado cuando me entero de sus sueldos.

Usted se lo toma con sentido del humor, pero, ¿no le molesta que siempre le relacionen con ese tipo de papeles?

En este caso, para nada. Es maravilloso hacer de Felipe IV en El rey pasmado, dirigida por Manuel Uribe y escrita por Torrente Ballester y es un lujo poder hacer un papel así.

El rey don Juan Carlos le dijo que usted era todo un Borbón.

Sí, me vio y me dijo (imitando al rey): "Oye Gabino, pareces de la familia". Yo creo que me parezco más a Muniain.

Y tenemos entendido que le entrevistó hasta la princesa Leticia.

Sí, cuando ella trabajaba en TVE me llamó porque estaba haciendo un reportaje sobre gente que había dejado de fumar. Yo no quería hacerla, pero ella fue muy insistente. Es una mujer de carácter. Y al poco tiempo saltó la noticia de que esa mujer que me había entrevistado iba a ser princesa. Me quedé perplejo.

Hace tres años dio el pregón de las fiestas de Elche y vaticinó que subiría a Primera. ¿Le han llamado para contratarle?

No me han llamado ni para darme las gracias. Y eso que lo que dije se ha cumplido. Es como para que me hubieran hecho alcalde.

Ahora va a estar una buena temporada en Madrid porque vuelve con su nuevo espectáculo, ¿no? 

Sí, se llama Diez años después. Es un espectáculo muy divertido, con música en directo y más de 50 personajes que represento: aparece un yonqui, Rajoy, Merkel, es muy variado. El hilo conductor soy yo, Gabino, que va andando por la vida y me voy encontrando gente. Allí se habla del éxito, del fracaso, de la actual situación que vivimos en general. Y hay un homenaje a todos los grandes actores cómicos que han desaparecido en los últimos años.

Usted criticó la excesiva politización de la Gala de los Goya. ¿Le ha regañado algún compañero por ello?

No, no me han dicho nada. Yo respeto mucho los premios, pero creo que no es bueno meter la política en una celebración como esta. Hay que tener cuidado de no insultar a un partido que han sido votado por muchos millones de personas. Los actores somos intermediarios entre los autores y el público y la política, si acaso, debe hacerse en la creación misma de la obra y no al recoger un premio.  

Como figura pública tampoco está de más el criticar al poder sobre todo en temas relacionados con la cultura. 

Sí, sobre todo teniendo en cuenta que a la cultura le suben el 21% del IVA y no ocurre lo mismo con los toros o el fútbol. Por cierto, yo no he visto a ningún futbolista de la Selección hablar y criticar a los políticos.