AS visita el pueblo del mediocentro
Mutriku asume la marcha de Asier Illarramendi al Real Madrid
"En la vida sólo hay una oportunidad y hay que aprovecharla", señala una antigua vecina de Asier Illarramendi . Mutriku se alegra, pero también está triste por su posible marcha.
La primera conclusión que saca uno cuando pisa Mutriku para hablar sobre Asier Illarramendi es que sus vecinos le adoran. 'Illarra' es uno más en su pueblo natal. "Antes de irse a la Eurocopa Sub-21 estuvo aquí firmando autógrafos, sacándose fotos y jugando con los niños del pueblo que vienen a entrenarse. Y cuando inauguraron el campo del pueblo, estuvo con su amigo Joseba Beitia, con el que se fue a la Real, regalando camisetas. Y siempre está dando entradas para Anoeta a la gente del pueblo", nos dice un amigo de la cuadrilla de su hermano, Mikel.
Nos encontramos frente al campo de fútbol San Miguel, en pleno Mutriku. En el edificio que está junto al campo vive Asier Illarramendi, pasando la carretera, justo en frente, viven sus abuelos, con los que suele comer siempre que puede. Y justo al lado Jaxinto Arriberrengoa, su descubridor en el club de fútbol de Mutriku, al que siempre da las gracias Illarra de ser futbolista. Ahora se la dan a él, porque el club percibirá 700.000 euros del traspaso por derechos de formación.
Buscamos a su familia, que literalmente es venerada. "Es humilde, maja, sencilla, la madre, el padre, la abuela, la tía son adorables", responden cuando preguntamos por los Illarramendi, que no quieren hablar de su hijo, ni con nosotros, ni con nadie del pueblo. Guardan un prudente silencio esperando noticias del traspaso de su hijo al Madrid. "Claro, normal, porque la gente habla y dice 'madre, cómo va a irse a ese club y por tanto dinero', pero en la vida sólo hay una oportunidad y hay que aprovecharla", señala una antigua vecina de Asier. Mutriku se alegra, pero también está triste por su posible marcha. "Se me hace raro que cambie tanto de vida, porque ir a Madrid ya le cambia todo, porque es un chico muy de pueblo, señala una compañera de la ikastola Goizeko Izarra.
"Soy socio de la Real, prefiero que se quede, habrá que apechugar, pero en estas situaciones hay cosas inevitables", nos dice uno de los chicos que trabajar en un local que suele frecuentar Illarra.