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REAL MADRID | LA AUTOBIOGRAFÍA DE ANCELOTTI (II)

Ancelotti: "Que quede claro: yo decido todas las alineaciones"

En este capítulo en el que mostramos extractos de la autobiografía de Ancelotti, es el turno para sus reflexiones: "Cuando llego a un club, me convierto en su fan número uno".

“GRACIAS, SILVIO, POR NUNCA DECIRME QUÉ EQUIPO ALINEAR”. Ancelotti dedica el último capítulo de Prefiero la Copa: vida, partidos y milagros de un genio normal a mostrar su agradecimiento a personas especiales en su carrera. Y muestra su peculiar sentido del humor con su expresidente Berlusconi, que alardeó en una de sus biografías de sugerirle cambios tácticos. “Gracias, Silvio, por permitirme descubrir un mundo nuevo y por nunca decirme qué equipo alinear”.
ReutersREUTERS

El entrenador soy yo. "Nota al mundo: yo decido las alineaciones. Yo solo, en todos los casos. Y quiero dejar ese punto bien claro de una vez. Por supuesto, Berlusconi me pidió alguna vez que explicase por qué quité a un jugador y no a otro, y a veces discutimos cuando yo mandé al banquillo a alguno de sus favoritos, jugadores talentosos a los que le costaba ver con sus tacos fríos en el banquillo. En los últimos tiempos Ronaldinho, al principio Rui Costa. Amaba a Van Basten y Savicevic, adora a Kaká. Si un presidente te pide explicaciones tienes que dárselas, es tu obligación. Un deber del entrenador a su jefe. Es algo que tiene todo el sentido".

Real Madrid Club de Fútbol

Nervios de acero. "Mi culo está a prueba de terremotos. Me he sentado en banquillos que no paran de moverse y agitarse. Mi culo ha tenido que resistir todos los niveles de la escala de Richter. Corrimientos sísmicos y descargas de alto voltaje. Todo el mundo está en un sitio confortable y yo posado en un volcán. Siempre ha sido así. Vivo con la amenaza de ser despedido".

El día que estalló... "Mi historia como técnico del Milán empezó con una derrota por 2-0 en Bolonia. Jugamos miserablemente. Me hizo perder los nervios por primera y quizás única vez en mi vida, no aguanté mi ira. Estrellé mi puño contra la mesa, pateé la puerta, rompí una botella y empecé a gritar. Insulté a todos, les ataqué a nivel personal, diciendo cosas crueles y abusivas intencionadamente. Aquello les sacudió y cambió la historia de aquel equipo".

Motivación con Al Pacino. "Cuando tengo que lidiar con situaciones así (habla de la final de la Champions 2003 contra la Juventus), confío en dos principios: claridad y concentración. Unos días antes del partido, en lugar de charla táctica, hice un cinefórum. Les puse una escena de Un domingo cualquiera en la que Al Pacino, entrenador de fútbol americano, da un speech antes de un partido crucial: 'La vida es una cuestión de pulgadas, como el fútbol. Porque en cada juego, la vida o el fútbol, el margen de error es así de pequeño. Por eso nos curamos ahora, como equipo, o morimos como individuos'. Escalofríos. Hice más, les preparé un DVD con imágenes de nuestro trayecto hacia la final. Encendí las luces y les dije: 'Sólo hay una cosa más que necesitamos'. Me habría nominado a mí mismo al Oscar al mejor guión".

Nuevo fan madridista. "Siempre he tenido un serio defecto. Cuando llego a un club para entrenarle, me convierto en su fan número uno. No les pasa a todos los entrenadores, apostaría dinero. A mí me sobreviene una pasión total, un flechazo instantáneo. No soy un hombre de negocios, soy un romántico a la antigua. Respeto la cultura y la historia de los clubes para los que trabajo. Creo que es la forma idónea de encarar mi trabajo. Una obligación. No puedes aparecer un día en un club y empezar a dar órdenes. Por otro lado, es inconcebible que un club cuestione las decisiones de su entrenador durante la temporada. Es una incomprensible y contraproducente forma de trabajar".

Pasión por la comida. "El fútbol es como comer con tus amigos, cuanto más comes, más hambre te entra. () Devoro como un caballo, y nadie es más feliz que yo. Campeón de Italia, de Europa y del mundo, pero llévame a una trattoria, siéntate y mira. Lo que comes es lo que eres. Soy un filósofo del ragú, con una idea que merece un Nobel: no es el salami lo que te hace daño, es el cuchillo Pienso en el cerdo casi como un animal sagrado, como una vaca en la India o Ibrahimovic para los fans del Inter de Milán...".